El PSG no levanta cabeza. Está claro que con Mbappé y Messi lesionados, el conjunto francés en mucho menos temible. La semana que viene se enfrentarán al Bayern en la ida de los octavos de final de la Champions League y lo hacen en una dinámica cuanto menos negativa. Este fin de semana han vuelto a perder - esta vez ante el Mónaco - y con Sergio Ramos en el banquillo.
Ni las bajas, ni el vital compromiso ante el Bayern Múnnich el martes en la Liga de Campeones justifican el duro revés encajado por el París Saint Germain, sometido en el estadio Luis II por un Mónaco al alza liderado por su atacante Wissam Ben Yedder, autor de un doblete y erigido en el máximo anotador, por ahora, de la Ligue 1.
Redondea una semana decepcionante el cuadro de Christophe Galtier. Eliminado de la Copa de Francia superado por el Marsella ahora fue sonrojado por el Mónaco. Dos derrotas y un empate en sus cinco últimos encuentros desvelan las dudas del campeón que sigue líder más por la escasa fiabilidad de sus perseguidores que por sus méritos.
No reaccionó el París Saint Germain. Los cambios no alteraron el panorama parisino que dispuso de un dominio ficticio mientras el Mónaco amenazaba con seriedad cada vez que conseguía emprender una contra. Solo Donnarumma evitó una daño mayor para el equipo de Galtier, al que le espera ahora la Champions.
La Champions League sigue siendo la gran asignatura pendiente del PSG, hasta el punto de convertirse en obsesión. Caer eliminados en octavos, otra vez, podría hacerse tambalear el proyecto parisino, más aún con Leo Messi acabando contrato en el mes de junio, y sin haberse sentado todavía para renovar.