Después de muchos años de debate sobre quien es el mejor jugador de la historia, Argentina consiguió el ansiado título de campeones del mundo el pasado 18 de diciembre con Messi como líder absoluto de la albiceleste. Muchos opinan que esto conlleva el fin de la discusión: no hay nadie como Leo.
Si bien es cierto que el `10´ de Argentina completó un campeonato del mundo excepcional a sus 35 años, consiguiendo el premio MVP del torneo, lo que ha sorprendido a todos los usuarios es que la propia FIFA se posicionara en el debate. A través de su perfil oficial de Twitter (@FIFAWorldCup), publicó un polémico que horas más tarde eliminó, donde ponía: “El debate del GOAT está zanjado. El último premio es ahora parte de la colección. El legado está completo”. Tras este mensaje, recibió cientos de críticas, que les acusan de falta de imparcialidad impropia de una organización tan importante como esta.
Comenzó una guerra abierta entre usuarios, que provocó que poco después la FIFA borra el tweet y pusiera otro con Cristiano como protagonista. En este último, la entidad pedía a los aficionados que “levantaran el dedo” si habían disfrutado del Mundial de Qatar, junto con una imagen de Cristiano Ronaldo con la camiseta de su selección. Los hinchas han considerado esto una burla hacia el portugués, más aún después del complicado torneo que ha vivido con su selección, donde pasó a un segundo plano en el terreno de juego. Este tweet también fue eliminado tiempo después.
Leo Messi es un auténtico ídolo en su país, hasta tal punto que algunos le llegan a situar por encima del legendario Maradona. Así se ha demostrado a lo largo de todo el Mundial, donde los aficionados han demostrado que harían cualquier cosa por la pulga.
Cerca de cinco millones de argentinos rindieron a Messi y a los de Scaloni durante la celebración en Buenos Aires, llegando a colapsar calles e incluso autovías. Muchas son las imágenes que nos dejan estas celebraciones, como los hinchas cantando en la puerta de la casa de la abuela del delantero del PSG, gente intentando saltar al autobús donde iban subidos los jugadores e incluso aficionados subidos a la cima del Obelisco a más de 60 metros de altura.