El primer gol como profesional del hispanoargentino Alejandro Garnacho con la camiseta del Manchester United ante la Real Sociedad tiene una instrahistoria curiosa que ha provocado miles de comentarios en redes sociales. El joven delantero marcó a pase de su ídolo, Cristiano Ronaldo, y en plena celebración pidió permiso a CR7 para copiarle su nueva celebración.
Como se puede ver a la perfección en las imágenes, después de recibir la felicitación de sus compañeros el ex canterano del Atlético de Madrid se acercó a Cristiano para pedirle permiso para poder realizar su celebración ante la grada del Reale Arena. Parece que el crack portugués le dio el OK porque justo después se quedó parado, cerró los ojos y cruzó sus manos sobre el pecho en una imagen que ha llevado a cabo Ronaldo en sus últimos tantos con la camiseta de los red devils. Poco después del partido, el capitán de la selección portuguesa siguió en las redes sociales a la joven promesa.
La Real Sociedad sufrió este jueves una de las derrotas más dulces de su historia. Perdió por 0-1 ante el Manchester United en un Reale Arena que rozó el lleno y logró su clasificación como primera de grupo, así como su acceso directo a los octavos de final de la Liga Europa, evitando una ronda eliminatoria previa ante uno de los equipos procedentes de la Liga de Campeones.
Imanol Alguacil ni hizo rotaciones ni cambió de sistema. Utilizó el mismo esquema y los mismos jugadores que perdieron el domingo ante el Real Betis, incluido el canterano Pablo Marín, que volvió a ser el elegido para hacer de David Silva en la punta del rombo. Fiel a las palabras de su técnico el día anterior, la Real Sociedad no salió a esperar atrás y se fue a buscar al Manchester United a su campo con una presión que fue indescifrable para los de Ten Hag, incapaces de superar el medio campo con el esférico en sus pies.
Los 'txuri urdin', recuperando muy rápido el balón las pocas veces que no lo tenían, jugaron muy cómodos y generaron peligro, como un pase en profundidad de Merino para Carlos Fernández que el sevillano, escorado, estrelló en el lateral de la red. Sin embargo, superado el cuarto de hora un pelotazo en largo de De Gea tratando de sacudirse la presión realista fue cabeceado por Bruno Fernandes; la prolongación la ganó Cristiano, que rápidamente habilitó en profundidad a Garnacho, cuya velocidad dejó en evidencia a Gorosabel, plantándose ante Remiro para batirle con un disparo arriba, inapelable.
Un zarpazo fue suficiente para evidenciar la pegada de un Manchester United que, sin hacer ruido, inyectó en la Real una dosis de precaución que le hizo jugar con pies de plomo a partir de entonces, sin asumir riesgos, sin exponerse lo más mínimo.
Los británicos, con la mitad del trabajo hecho, siguieron esperando su oportunidad y explotando la verticalidad de un Garnacho que rondó el segundo tras un disparo que se le fue ligeramente alto tras recortar a Gorosabel. También lo tuvo Cristiano con una vaselina ante Remiro, aunque su gol habría sido anulado al partir en fuera de juego.
Al lateral de Arrasate le tocó sufrir con el veloz extremo argentino, pero eso no le impidió proyectarse en ataque. De hecho, la mejor ocasión de la Real en esta primera mitad fue un disparo suyo desde la frontal que De Gea logró desviar, aunque el rechace lo recogió Marín que, con poco ángulo, disparó con tan mala fortuna que el balón tocó en la cabeza del meta madrileño, todavía en el suelo, para marcharse por encima del larguero.
En la reanudación nada varió hasta que llegaron las sustituciones en el Manchester United. Ten Hag quitó a Lindelöf y Van de Beck y metió a McTominay y Rashford para pasar a jugar con defensa de tres en busca de ese segundo gol que le diera el primer puesto. En la Real, Carlos Fernández lo intentó con dos remates inocentes y poco después el recién salido Guevara, con otro lanzamiento raso que atrapó De Gea. El equipo de Imanol Alguacil parecía más cómodo tras el cambio táctico de su rival.
Así se llegó a los últimos minutos de partido en los que Ten Hag no dudó en recurrir a Maguire como delantero, buscando colgar balones al fornido central británico, mientras que Alguacil optó por jugar protegerse y jugar con una defensa de cinco.
Así que los instantes finales fueron un constante bombardeo de balones al área txuri urdin donde Pacheco, inmenso todo el partido, se erigió en bastión de una Real que no concedió ni una sola ocasión y que pudo amarrar un primer puesto que le mete directamente en octavos de final y le permite aligerar su calendario.