Pocos meses después de anunciar a bombo y platillo que Kylian Mbappé firmaba la renovación con el PSG todo ha saltado por los aires. Según informaciones de los medios franceses el jugador ya se ha cansado del club y ha comunicado que se quiere marchar. Esto podría tener varios motivos. Por un lado, el deportivo, el delantero no está en la posición que él desearía a pesar de que se lo prometieron. Por otro, un caso parecido al ‘Barçagate’ ha salpicado al parisino y se ha cansado.
La web de investigación Mediapart publicó que el PSG contrató a una agencia para crear un "ejército digital" compuesto de cuentas falsas con el fin de atacar a medios hostiles, diversas personalidades y algunos jugadores, entre ellos Mbappé.
El entorno del jugador aseguró que en el origen del divorcio estaba la sensación de que el club no cumplió las promesas que le hizo cuando en mayo pasado buscó su renovación a toda costa.
Pero también se refería a causas más profundas, a un profundo desafecto que puede explicarse por estas maniobras que recuerdan al famoso "Barça gate" que afectó al equipo catalán hace unas temporadas.
Entonces, fue Leo Messi el que fue desacreditado por cuentas falsas creadas en las redes sociales y ahora, entre otras víctimas, aparece el nombre de Mbappé, que casualmente ha mostrado, como en su día hizo el argentino, su intención de marcharse.
¿Tienen relación ambas noticias? La coincidencia en el tiempo invita a pensar que sí, aunque por ahora el futbolista y su entorno no han dado la cara de forma oficial, algo que, aseguran, harán en los próximos días.
Pero el descontento que viene mostrando Mbappé en las últimas semanas parece que va más allá de las promesas incumplidas en los fichajes de jugadores o de una posición en el campo que le gusta menos que otra.
Según Mediapart, las cuentas falsas contratadas indirectamente por el PSG habrían servido para bajar los humos a Mbappé cuando el jugador trataba de ganar galones en el club. O cuando tenía dudas sobre si prolongar su contrato o aceptar la oferta del Madrid.
Finalmente, el futbolista optó por quedarse en París, pero el club no respondió a todos los compromisos que había adquirido con él y, además, pudo saber que existía esta campaña profunda de descrédito difícil de digerir.
Mbappé no fue el único blanco de los dardos de ese "ejército digital", según Mediapart. También la tomaron con un aficionado al que Neymar dio una bofetada y que vio su identidad desvelada en las redes sociales, donde llegaron a acusarle de delincuente. O la mujer que acusó de violación al brasileño, cuya reputación también fue dañada por esos "robots".
Medios de comunicación como L'Équipe o la propia Mediapart también fueron atacados por ese ejército, al igual que el presidente del Lyon, Jean-Michel Aulas o el futbolista Adrien Rabiot.
El "PSGate" va camino de convertirse en otra vía de agua abierta en el club, que multiplica los frentes. El club se apresuró a negar que Mbappé haya mostrado su deseo de partir, a través de la voz de su director deportivo, Luis Campos, hizo un "firme desmentido".
El entorno del club admitió que se contratan agencias para "promover y festejar los éxitos del club, de sus empleados y de sus socios" pero "nunca para perjudicar a nadie". Los medios no dieron mucho crédito a la reacción del club de anoche y tampoco parecen hacerlo con el desmentido de ahora.
El diario Le Parisien, considerado el medio que mejor fuente tiene en el club, avanzó que el PSG no tiene intención de desprenderse de Mbappé en enero, pero que tendría que acceder a un traspaso en el verano de 2023 para evitar verle partir gratis en 2024. Falta por conocer la reacción oficial del clan Mbappé, aunque el silencio que guardan por ahora alimenta las especulaciones.
Cuando ha querido desmentir una información aparecida en los medios, la madre del jugador, Fayza Lamari, se ha apresurado a hacerlo y, pese a todo el ruido que la noticia provocó, guardó silencio. La revelación del "PSGate" puede ser la pieza que faltaba al puzzle para entender el descontento del jugador.