El mercado televisivo estadounidense es uno de las más potentes del mundo, si no el que más. En el país se han celebrado todo tipo de eventos deportivos, pero todavía hay uno que se les resiste: la final de la Champions League.
Si bien es cierto que habrá muchos aficionados que sean más reticentes a la idea, tanto UEFA como clubes estarían dispuestos a celebrar una final al otro lado de charco, pues las ventajas económicas serían inmensas.
De hecho, la UEFA ha vendido sus derechos en inglés a CBS, Viacom y Paramount por 1.500 millones, una cifra más que lucrativa para la organización. Además, los clubes europeos ya saben lo que es competir en Estados Unidos, ya que desde 2013 y hasta 2019 se celebró allí la International Champions Cup.
Por su parte, los promotores americanos están completamente a favor de este movimiento y sus últimas intenciones de expandir sus fronteras futbolísticas han sido un éxito. Para ejemplo, la Champions Cup, que enfrentó al ganador de la MLS con el de la liga mexicana y que se celebró en el estadio de los Yankees.
Sin ir más lejos, el Mundial de 2026 se celebrará en Norteamérica y el Mundial de clubes de 2023, en el que participará el Real Madrid, podría también trasladarse a EEUU. Por otro lado, torneos como la Copa América en 2016 o la Copa Oro en 2021 ya tuvieron sede estadounidense.