El Villarreal ya está en semifinales de la Champions League tras cargarse al Bayern de Munich. "Cuando escupes para arriba, al final te acaba cayendo", así de contundente respondió Dani Parejo tras el encuentro. Y es que en el vestuario se entendieron como una grave falta de respeto las palabras de Nagelsmann tras el sorteo donde señalaba que "esperaba resolver la eliminatoria con solo el partido de ida".
El conjunto groguet cocinó su venganza a fuego lento y sin hacer ruido y la ejecutó en un Allianz Arena ante más de 70.000 gargantas alemanas, pero apoyado por su afición. Una machada histórica que ha valido al pueblo de Vila-real para colocarse en el epicentro del fútbol europeo.
El Villarreal escribió este martes una de las páginas más brillantes de su historia tras eliminar al Bayern Múnich (1-1 y 1-2 en el global) en los cuartos de final de la Liga de Campeones gracias a un gol salvador de Samu Chukwueze a tres minutos para alcanzar el tiempo reglamentario en el Allianz Arena.
El equipo de Unai Emery hizo historia y estará entre los cuatro mejores de Europa por segunda vez tras la hazaña de 2003. Este martes, pese a la dificultad de la empresa, el 'Submarino Amarillo' estuvo a la altura y desarrolló un plan que salió a la perfección. Inmejorable, el guion soñado por su técnico.
La noche fue difícil en todos los sentidos, no podía ser de otra manera ni por el rival, ni por el escenario, que presentaba una entrada rozando el lleno. Más de 70.000 espectadores, 20.000 más que toda la población de Vila-real, un hito que ha sobrepasado fronteras y que devuelve a los castellonenses a la élite europea.
Su rival en las semifinales será el ganador del Liverpool-Benfica en lo que será una ronda histórica para el 'Submarino'. La posibilidad de vengar a Román Riquelme y aquel penalti que impidió la final de París. El fútbol le debe una a este Villarreal que ya ha tocado el cielo en Múnich.