El Real Madrid está cansado de Bale, y Bale está casado del Real Madrid. Condenados a no entenderse, ambas partes tendrán que acercar posturas si quieren encontrar una opción que venga bien a los dos. Su no convocatoria ante el Manchester City para la Champions ha terminado por romper la relación entre el jugador galés y Zidane.
Aunque hasta ahora la tónica habitual de Gareth Bale y su entorno había sido ceñirse a sus dos años de contrato que todavía le quedan con el Real Madrid, por primera vez se ha abierto la puerta a una salida este mismo verano. Así se lo confirmó gente muy cercana al jugador a Deportes Cuatro en el día de ayer.
Zidane no quiere empezar la temporada que viene y que el jugador siga en el vestuario. Por ello, el Real Madrid tendrá que no pedir demasiado por él si quiere desprenderse del futbolista. El gran escollo es la elevada ficha que tiene el futbolista, 17 millones limpios por temporada, una cantidad prácticamente inasequible excepto para los clubes chinos.
Gareth Bale "ha preferido no jugar" el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones de este viernes ante el Manchester City, aunque ha afirmado que tiene "una relación de respeto" con él, y ha afirmado que están "concentrados" en remontar la "desventaja" en la "final" ante los de Pep Guardiola.
"Se dicen muchas cosas, nosotros tenemos una relación de respeto de jugador a entrenador. Él ha preferido no jugar. El resto es entre él y yo", declaró en la rueda de prensa previa al duelo, asegurando que el motivo era "personal", aunque "no" le ha decepcionado. "Respeto mucho a Gareth y a todos los jugadores, y las cosas deben quedar en el vestuario. Gareth Bale es jugador del Real Madrid, no cambia nada. Ha preferido no jugar, es lo único que puedo decir", añadió.
Si el Real Madrid pasa la eliminatoria ante el Manchester City, Bale no volverá a jugar por orden de Zidane. Teniendo en cuenta eso, y pensando en que el conjunto blanco consiga venderlo a un buen postor el próximo mercado de fichajes, el jugador galés podría no volver a vestir la camiseta blanca. Aunque a estas alturas, poco parece importarle.