Una de las condiciones que le puso Joan Laporta para renovar, aunque eso ya queda lejos, es que el juego del Barça no se planificara entorno a un sistema defensivo. Quería que el equipo fuera vistoso y tuviera un plan ofensivo, pero de nuevo el neerlandés ha desobedecido las pretensiones de su presidente ante el Benfica.
Tras perder ante el Bayern, la victoria ante el conjunto portugués se antojaba necesaria por lo que tendrían que salir a por todas desde el inicio. El técnico ya partió con un sistema defensivo de tres centrales lo que en un principio Koeman quieren vender como un 3-5-2 se acaba convirtiendo en 5-3-2 en muchos compases del partido.
El Barça reaccionó al gol tempranero de Darwin, pero sin precisión en los metros finales. Una amarilla condicionó a Piqué y fue cuando Ronald cambió a Piqué para meter a Gavi. Todo parecía que con este cambio se iba a deshacer el sistema de cinco defensores, pero no, De Jong retrasó su posición para actuar de tercer central. El centrocampista que fue de los más ofensivos, le retrasaba unos metros en el campo.