Roger Federer vuelve a estar en boca de todos. Hace unos días sorprendía a sus seguidores al decir que no echaba mucho de menos al tenis. Palabras que preocupó a sus fans porque están deseando verle de nuevo en la pista.
Esta vez es por un tema personal, más concreto con su mujer. El exentrenador del suizo la ha puesto en el ojo del huracán al hablar de ella.
Miroslava Vavrinec también fue tenista y conoció a su marido en las olimpiadas del 2000. Tienen cuatro hijos en común y se casaron en 2009. El suizo siempre ha recalcado la importancia que tiene su esposa en su vida. “Me niego a dormir en la cama sin mi esposa. Siempre quisimos tener hijos, pero mi sueño era estar con ella en la misma habitación, no en otro cuarto o en otra piso, me compensa cambiar una tonelada de pañales con tal de vivir mi sueño con Mirka” y no solo en el ámbito personal tiene peso, sino que en el profesional también ya que una vez dijo que “si mi esposa dice que pare, lo dejo”.
Sven Groeneveld, entrenador de tenis, ha hecho un directo en las redes sociales en donde ha hablado de su época que ejerció de técnico de la selección suiza en la que coincidió con un joven Federer que empezaba a despuntar.
Señaló como punto de inflexión en la carrera del suizo “los Juegos Olímpicos de Sydney, cuando empezó a salir con Mirka.” Ambos competían con Suiza y saltó la chispa entre ellos. Ante la inexperiencia, él decidió consultar qué debía hacer. “Preguntó a todos si debía estar con Mirka. Todos le dijimos que no lo hiciera, que era muy joven, que mejor seguir libre. No lo hizo y tomó la mejor decisión de su vida”.
Roger y su mujer se dieron el primer beso, como luego contarían ellos mismos, en esta cita olímpica.
A pesar de conseguir un gran puesto en el ranking WTA después de estas Olimpiadas, la extenista no contaría con muy buena suerte para las lesiones e hizo que en el 2002 colgara definitivamente la raqueta.
Además de este motivo, también decidió seguir los pasos de Federer que en ese momento ya estaba empezando a ser una gran promesa.