El sedentarismo no sale gratis. Puede traer consecuencias, no solo no será perjudicial para tu salud en general. No tienes que hacer deporte para seguir los cánones de belleza preestablecidos por la sociedad. Debes de seguir una dieta sana y equilibrada acompañada de ejercicio para tener una vida saludable y para retrasar o impedir que los problemas de salud aparezcan.
Una de las enfermedades asociadas a este sedentarismo es la sarcopenia. Al principio se achacaba la aparición de esta dolencia a la edad, pero tras diversos estudios se ha demostrado que puede aparecer antes si no te mueves del sofá.
Consiste en la pérdida de masa muscular, de la fuerza del músculo y en consecuencia del rendimiento físico.
Como hemos dicho antes, el envejecimiento era antes una de las principales causas, pero se ha demostrado que hay algunas más.
La inactividad física: esta puede ser provocada por dos motivos, por un lado, por la ausencia de ejercicio físico y, por otro lado, porque la persona no pueda moverse debido a una reducción de la movilidad debido a una enfermedad.
Otro de los factores que puede acelerar la aparición de esta enfermedad es padecer alguna patología endocrina como puede ser la resistencia a insulina o tener algún tipo de padecer crónico.
Uno de los síntomas claros que padecerás es la sensación de debilidad llegando incluso a tener dificultades para levantarse de una silla o la cama. A la hora de andar también lo harás de forma lenta.
Esto puede conllevar a tener facilidad a la hora de caerse y perder el equilibrio con frecuencia. A la larga esto puede empeorar y llevarte a sufrir fracturas con frecuencias u hospitalizaciones.
La pérdida de peso es algo que también está ligado a esta enfermedad, el músculo lo vas perdiendo y con él kilos.
En general tu calidad de vida será mucho peor y tendrás problemas para desarrollarte en tu día a día.
A la hora de localizar a esta enfermedad no hay una prueba en específico para ello. El médico o especialista podrá mandarte test para medir tu fuerza, alguna Resonancia Magnética para intentar cuantificar cuanta masa muscular tienes.
No hay tratamiento exclusivo para ello. Lo que tienes que intentar hacer a toda costa es cambiar tu estilo de vida si no la llevas de la forma más sana posible.
Sigue una dieta sana con la adecuada ingesta de proteínas, carbohidratos, etc. También puede que te recomienden que tomes algún suplemento de proteínas para reforzar esta dieta.
Algo infalible que y que será la mejor medicina es el ejercicio físico. Con él y entrenamientos específicos para ellos podrás ganar la masa muscular y la fuerza que la enfermedad te quita y podrás combatirla. Lo más recomendable es que sean actividades en el que se produzca la contracción del músculo mediante la resistencia externa que te pueden dar las pesas, bandas elásticas o le propio peso corporal, que muchas veces es la mejor mancuerna.
No esperes a que a acudir a un médico por este menester. Se puede prevenir con este simple hecho y para las personas que sean mayores en donde esta enfermedad aparece con frecuencia también hay planes deportivos para ellos. Para el deporte no hay edad y por muchos años que tengas podrás seguir activo y seguro que el cuerpo te lo agradece.