Los Cavaliers de Ricky Rubio pasaron el rodillo sobre unos diezmados Rockets, en los que jugó Usman Garuba, a los que derrotaron por 124-89 en un partido en el que el equipo de Cleveland llegó a estar 45 puntos arriba en el tercer cuarto. El base español puso en pie al pabellón con cinco segundos para el recuerdo: canasta, robo y asistencia sin mirar por la espalda.
Es la quinta victoria consecutiva de los Cavs que ocupan el cuarto puesto de la Conferencia Este con 18 partidos ganados, a uno de los terceros del grupo, los actuales campeones de la NBA, los Milwaukee Bucks. El máximo anotador del partido fue el base de los Cavs, Darius Garland, con 21 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias, seguido de su compañero Issac Okoro con 20 puntos, 3 rebotes y 1 robo de balón.
Rubio, que esta semana superó el número de 5.000 asistencias en la NBA, volvió a dar un recital en la categoría, con 12 asistencias (la cifra más elevada que ha alcanzado esta temporada), además de 7 puntos, 2 rebotes y 4 robos. Y Dean Wade, que sustituyó en el quinteto titular al lesionado Evan Mobley, hizo un doble-doble de 16 puntos, 10 rebotes y 1 asistencia.
El hombre más efectivo de los Rockets fue Alperen Sengun, que tras empezar el partido desde el banquillo terminó con un doble-doble de 10 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias, 2 robos y 1 tapón. El joven madrileño Usman Garuba jugó 17 minutos en los Rockets y anotó 3 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia y 2 robos. Garuba fue el único jugador de Houston que terminó el partido en positivo en el apartado de más/menos.
Con el equipo diezmado por las lesiones, los de Houston llegaron al Rocket Mortgage FieldHouse de Cleveland con la esperanza de mantener su trayectoria ascendente, tras ganar 8 de los 10 últimos partidos disputados. Pero las ausencias de Eric Gordon, Christian Wood, Kevin Porter Jr., Jalen Green, Danuel House Jr. y John Wall fueron demasiado para los de Houston que en ningún momento del partido plantearon problemas para los locales.
Los Cavs, que también habían ganado hasta esta noche 8 de los 10 partidos que habían disputado pero con gran autoridad (todas sus victorias han sido de doble dígitos), aplicaron a los Houston la receta que les está haciendo temibles ante cualquier rival. Los de Cleveland machacan sin piedad a sus rivales en la primera mitad de los partidos y crean una distancia en el marcador que acaba con la mayoría en el tercer cuarto.
Lo mismo pasó contra los Rockets. Los Cavs iniciaron el partido con un parcial de 7-0 en 3 minutos para establecer el tono. Los de Houston no se dejaron avasallar inicialmente y lograron mantener a los Cavs a su alcance hasta la mitad del primer cuarto.
En ese momento, con un 12-9 en el marcador, entró en juego Ricky Rubio, el líder de la segunda unidad de los Cavs. Y los Cavaliers se dispararon. En menos de 6 minutos, Rubio distribuyó 4 asistencias, anotó 5 puntos, robó 2 balones, capturó 1 rebote y protagonizó la secuencia del partido.
A falta de 26 segundos para el final del primer cuarto, el base de El Masnou robó el balón y concluyó la jugada con una canasta cuando quedaba 1 segundo en el reloj. Pero en ese segundo, Rubio robó de nuevo el balón e hizo un pase por la espalda a Ed Davis para que el veterano anotase fácilmente otros 2 puntos en medio del delirio del estadio.
Con el reloj a 0, todo el banquillo de los Cavs se abalanzó a recibir a Rubio. Los Cavs habían castigado a los Rockets con un parcial de 23-7 desde que Rubio había entrado en la pista, lo que dejaba en el marcador un apabullante 35-16 al final del primer cuarto.