No es nada fácil elaborar una lista de los mejores de cualquier cosa, ya sea de economistas, matemáticos, cocineros, pintores, músicos, etc. Pero es que, en el deporte, seguramente igual que en esas disciplinas que hemos mencionado, entran en juego factores subjetivos que hacen imposible poner de acuerdo a los aficionados. En esta lista vamos a hablar de los mejores escoltas de la historia de la NBA, pasados y presentes, así que es posible que alguien se sienta ofendido por no ver reflejado a su favorito o esté harto de ver algún tipo de clasificación en la que destaque Michael Jordan. Pues bien, hoy también vamos a hablar del 23 de Bulls y Wizards, aunque no será el único al que mencionemos.
Haremos un recorrido por los siglos XX y XXI de escoltas de la NBA, un elenco de jugadores que podremos encontrarnos en muchas otras clasificaciones y sobre los que vamos a hablar desde un punto de vista numérico para intentar ser un tanto objetivos. No sólo de gustos vive el aficionado al baloncesto, también debe disfrutar del juego que se desarrolla en la cancha. Además, vamos a tener en cuenta distintas métricas como sus contribuciones al equipo durante sus años en activo, lo que ayudó a conseguir al equipo y sus éxitos individuales. Un aviso, antes de que las cavernas empiecen a decir que falta o sobra tal jugador: hablamos de escoltas, lo que en la NBA se denominan "shooting guards" (SG), por lo que jugadores como Lebron James (SF) o Allen Iverson (PG), no van a entrar en esta categoría, aunque hayan jugado en momentos puntuales como escoltas. Y dejaremos al mejor para el final.
Como no podemos alargarnos mucho sobre cada uno, vamos a empezar con un grupo de escoltas que merecen estar en la cima de esta categoría. Algunos de ellos abrieron una era en la que su posición no destacaba como lo hace hoy en día. Gail Goodrich (1965/79) fue uno de esos primeros escoltas blancos que sorprendieron al mundo del baloncesto NBA y abrió el camino para otros.
En una época en la que los protagonistas eran los Celtics de Bill Russell, y Wilt Chamberlain y Kareem Abdul-Jabbar dominaban las zonas desde sus 2,15 metros de altura, Goodrich destacó por su inteligencia y habilidad con el balón en las manos. Era un muy buen anotador y pasador, y no era extraño que fuese el mejor de su equipo muchas noches. Por eso está en el Salón de la Fama.
Le sigue en nuestra particular clasificación Eddie Jones (1994/2008), escolta de varios equipos pero que sobresalió en Miami Heat. Tirador implacable, gran defensor y con un timing de salto que, siendo escolta, le permitió hacer muchos tapones a lo largo de su carrera.
El siguiente es Alvin Robertson (1984/96), integrante del equipo que le ganó el oro a España en los JJOO de Los Ángeles 1984. Excelso defensor, elegido varias veces para el mejor quinteto defensivo y líder de robos de balón. Una grave lesión de espalda retiró a este pequeño escolta (1,94m) que, además, era un muy buen tirador.
Llegados a este punto hay que levantarse para aplaudir a nuestro siguiente protagonista, Pete Maravich (1970/80). Conocido como "Pistol Pete", llevó el baloncesto a otro nivel desde el sitio en el que jugaba. Anotador y defensor compulsivo, destacó en el manejo de balón y en el ilimitado abanico de trucos que tenía a la hora de jugar y atacar. Seguramente nació en una época equivocada y hoy sería considerado un genio. También murió demasiado pronto lo que privó al baloncesto de mejorar aún más.
Earl Monroe (1967/80) fue otro escolta histórico. Dicen que antes de que Magic fuera Johnson, "Magic" era Monroe "The Pearl". Fue rookie del año y formó la mejor pareja de ataque de la historia de los Knicks junto con Walt Frazier, con el que ganó el anillo de 1973. Fue 4 veces All-Star y, por supuesto, está en el Salón de la Fama.
Mención especial para Jeff Hornacek (1986/2000), seguramente uno de los menos conocidos de este listado, pero que cumplió de sobra con su rol de anotador y gran defensor. Escolta metódico y tirador muy eficiente, con pocos tiros pero grandes porcentajes, y que hizo de Utah su triunvirato junto a Karl Malone y John Stockton.
Hasta la aparición de los Warriors campeones, se recuerda la época dorada de la década de los 90 en las que destacó el escolta Mitch Richmond (1988/2000); y era difícil destacar teniendo a Hardaway, Marciulionis y Chris Mullin en la misma plantilla. Richmond era otro anotador de los grandes, así como grande era en altura para ser escolta, ya que rondaba el 1,98m. Siempre se le consideró infravalorado como escolta.
Si alguien es capaz de meter 73 puntos en un partido (y no ha habido muchos en la historia), es porque se trata de un jugador superdotado y con gran confianza en su juego. Ese fue el caso de David Thompson (1976/84), imparable en el uno contra uno y al que apodaron "Skywalker" por sus increíbles saltos. Paul Westphal (1972/84) fue un excelente escolta antes de entrenador, con una gran capacidad de anotación y gran pasador.
El siguiente es Joe Dumars (1985/99), icono de los Pistons y defensor elegante. Sí, perteneció al equipo más sucio de la historia, pero él, precisamente, destacó por lo contrario. Duro pero noble. Bill Sharman (1950/61) y Hal Greer (1958/73), fueron dos anotadores y defensores de la antigua escuela. En un tiempo donde los marcadores no eran tan altos como hoy, promediaron 16 y 17 puntos por partido, respectivamente, en toda su carrera.
Es el momento de hablar de un mito viviente, Manu Ginobili (2002/18), decisivo con los Spurs y Argentina tantas veces que sería imposible hacer una retrospectiva. Anotador con genio, desarrollador del "euro-step" en la NBA y zurdo con mucho carácter. Enamoró a toda la NBA y a Greg Popovich.
Vince Carter (1998/2020), volador, anotador, ídolo, buena persona y con gran amor por el deporte. Saltó por encima (literalmente) de Frederic Weis (con sus 2,15 metros) para hacer el mate más impresionante de la historia de los JJOO. A sus 42 años decidió dejarlo porque quiso. Tracy McGrady (1997/2012), capaz de anotar 12 puntos en 1 minuto para remontar un partido que estaba perdido. El "jugón" por excelencia, primo de Vince Carter, así que los genes sí tienen que ver. Anotador y espectáculo puro, siempre sonriendo.
Sidney Moncrief (1979/91) fue líder de los Bucks durante años y nombrado "defensor del año", algo que solo cuatro escoltas han logrado en la historia y que él consiguió dos veces. Reggie Miller (1987/2005) es uno de los mejores escoltas tiradores de la historia por derecho propio. Amargó a los Bulls de Jordan y fue protagonista de múltiples tiros decisivos e históricos. Ray Allen (1996/2014), elegante en el tiro y efectivo al máximo. Siempre fue referencia para los tiros finales y anotó muchos de ellos en los Bucks, Sonics, Celtics y Heat. Era un enfermo del entrenamiento para mejorar su eficiencia en el tiro.
Sam Jones (1957/69), de él podemos decir una cosa y saquemos nuestras propias conclusiones: en la NBA sólo Bill Russell tiene más anillos que Jones, protagonista de los años más gloriosos de los Celtics. Tirador fiable, darle el balón en buenas condiciones a Jones era asegurar los puntos del ataque.
George Gervin (1976/86) era llamado “iceman”, uno de los mayores anotadores de todos los tiempos en la NBA y en la ACB (sí, estuvo un año jugando en el TDK Manresa). Elegido MVP del AllStar cuando se lo jugaban en serio, promedió 26 puntos en toda su carrera y 33 en su último año. Clyde Drexler (1983/98) era uno de los jugadores favoritos para Michael Jordan, lo admiraba. Anotador, defensor y gran jugador de equipo en todas las partes de la pista.
El podio lo dejamos para tres jugadores inolvidables. El tercero de ese escalafón sería Dwyane Wade (2003/19), apodado "flash" o "the man" para los aficionados de Miami. Lo hacía todo en la pista: anotaba, defendía, penetraba, reboteaba y asistía. Siempre en Miami donde dejó anillos, equipos de ensueño al lado de Shaquille O'Neal, Lebron James, Ray Allen, Chris Bosh... En la 2008/09 promedió más de 30 puntos por partido.
Kobe Bryant (1996/2016), tristemente fallecido mucho antes de lo que hubiera merecido, fue la mejor copia posible de Michael Jordan. Seguramente en la mejor versión en cuanto a deportividad, pero con un carácter muy similar en cuanto a pasión e intensidad que transmitía a sus compañeros. Anotador compulsivo, gran defensor y siempre con sonrisa y su peculiar cara. Reconoce que siempre quiso parecerse a Jordan desde el respeto y, lo cierto, es que Michael Jordan lo consideraba como un hijo suyo. Espectacular en cada acción, superó muchas veces los 50 puntos, anotó 81 puntos contra los Raptors de Calderón, y fue el jugador que más se acercó a los 100 de Wilt Chamberlain.
El primer puesto solo podía ser para Michael Jordan (1984/2003). Es posible que esté todo dicho sobre él… o no. El mejor jugador de la historia en cualquier puesto. Glosar el histórico de Jordan sería repetitivo hasta aburrir, pero se ha ganado el título de mejor escolta de la historia por méritos propios. Competitivo, anotador, exigente hasta faltar al respeto a sus propios compañeros, hay quien opina que, si no hubiese sido así, no habría sido el mejor. Es posible que sea cierto.
Hablar de los mejores escoltas de la NBA es repasar una lista con algunos de los grandes nombres de la historia del baloncesto. Jugadores que hicieron grande a la mejor liga del mundo y que han traspasado barreras a lo largo de los años. Los escoltas son jugadores clave en el baloncesto moderno y esta lista con los escoltas históricos de la NBA rinde un pequeño pero merecido homenaje a muchos de ellos.