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Boston golpea primero y se lleva el primer partido de la final ante los Warriors (108-120)

Los Boston Celtics consiguieron clasificarse para las finales de la NBA cuando nadie creía en ellos, pero es que para colmo han empezado ganando a domicilio a los Warriors de Curry, a quienes todas las apuestas dan como claros favoritos al título. Tatum, Brown, Al Horford y compañía dieron una auténtica lección de resistencia para llevarse el 'Game 1'.

 Con un descomunal parcial de 16-40 en el último cuarto, los Boston Celtics asaltaron este jueves San Francisco (EE.UU.) y se adelantaron en las Finales de la NBA ante los Golden State Warriors tras dar una lección imperial de resistencia (108-120).

En el primer cuarto, pintaba a seria derrota de Boston

Los Celtics vieron a Stephen Curry meter 21 puntos con 6 triples en el primer cuarto y llegaron a ir 15 abajo en el tercer parcial, pero no perdieron ni la fe ni la cabeza y acabaron llevándose el triunfo con una exhibición de baloncesto coral y espíritu colectivo.

El dominicano Al Horford (26 puntos con 6 triples, 6 rebotes y 3 asistencias), Jaylen Brown (24 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias), Derrick White (21 puntos con 5 triples) y Marcus Smart (18 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias) fueron los mejores de unos Celtics que además se sobrepusieron a la pobre noche de su estrella, Jayson Tatum (12 puntos con 3 de 17 en tiros).

Boston metió 21 de 41 en triples y se convirtió en el primer equipo en ganar a domicilio a los Warriors en estos playoffs. Claramente de más a menos, Golden State desaprovechó los 34 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias de Curry y echó en falta a Klay Thompson (15 puntos con 6 de 14 en tiros) y Draymond Green (4 puntos con 2 de 12 en tiros).

La única buena noticia para los Warriors fue el regreso tras sus lesiones de Otto Porter Jr. (12 puntos con 4 de 5 en triples) y Andre Iguodala (7 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias). Los 40 triples metidos entre los dos equipos suponen un nuevo récord para un partido de las Finales.

El primer cuarto dio para varias lecturas: los nervios de los dos equipos en el comienzo, el fabuloso duelo Thompson-Brown, la valentía de Wiggins en la pintura o el desparpajo de Smart en el triple. Sin embargo, todo quedó en segundo plano ante la majestuosa puesta en escena de Curry.

A +10 se pusieron los locales pero entonces reaccionaron los Celtics, que con una admirable mejora de su defensa y con Brown y Smart tomando las riendas en ataque firmaron un parcial de 0-10 para empatar el encuentro. Buscaba Boston a Tatum y Tatum se buscaba a sí mismo, pero la estrella de los Celtics no se encontró nada cómodo en la primera mitad (8 puntos con 2 de 9 en tiros).

Tampoco los Warriors hallaron relevo para Curry, quien no anotó en el segundo cuarto y sumó su tercera falta, y el partido se fue al descanso con una ventaja escueta de los Celtics (54-56) y la sensación de que los dos equipos tenían mucho margen de crecimiento. Los Warriors habían sido mucho menos equilibrados que los Celtics pero en la reanudación presumieron de fondo de armario.

Con Looney cazando rebotes ofensivos y poniendo tapones, Wiggins sumando sin prisa pero sin pausa y Curry de nuevo en vena, Golden State retomó el control del duelo con un sólido 17-8 de arranque (71-64 a falta de 6.59). Curry se parecía más al del primer cuarto que al del segundo, tanto que se regaló una preciosa penetración tras haber vuelto loco a Brown.

Por el contrario, los Celtics se desangraron en el rebote, llegaron a perder de 15 en el tercer cuarto y Tatum no lograba despertarse de su pesadilla. Tras un contundente 38-24 en el tercer parcial, los Warriors encararon por delante el último cuarto (92-80) pero estos Celtics expertos en no darse por vencidos se marcaron un 0-9 de salida con Brown agitando la coctelera.

Curry intentó sujetar a unos Warriors temblorosos, pero dos triples seguidos de Horford coronaron la remontada de unos magníficos Celtics, que, además de contar con un Brown sensacional, encontraban oro en actores secundarios como White (103-109 con 4.49 en el reloj). Ahí terminaron de derretirse los Warriors, que encajaron un parcial demoledor de 0-17 sin ofrecer un mínimo de oposición y que se rindieron ante unos Celtics avasalladores y que vieron premiada su inquebrantable resistencia.