Si vamos a abordar cómo mejorar el tiro a canasta partiendo de una situación previa en la que ya habíamos adquirido una técnica más o menos acertada para hacerlo, habrá que articular algún tipo de mecanismo en nuestro cerebro para olvidar determinados malos hábitos. De entrada, podemos decir que no es fácil cambiar, al igual que sucede en muchas otras facetas de la vida, y el tiro es una de ellas para los jugadores de baloncesto.
Desde pequeños adoptamos ciertas rutinas que nos parecen ayudar para conseguir un buen tiro a canasta y, si no se corrige rápido en la base, será muy difícil hacerlo con acierto. Más de un jugador ha llegado a profesional con una forma de lanzar a canasta algo cuestionable; luego les pondremos nombre, pero han llegado a profesionales, así que más allá de anular nuestra capacidad de corrección, vamos a ofrecer unas directrices para que podamos hacerlo mejor.
Como primer consejo para los más jóvenes recordarles que nadie es como Michael Jordan, Kobe Bryant, Curry, Epi, Navarro o Rudy Fernández; es decir, nuestro tiro será nuestro y nuestra mecánica de tiro será lo que nuestro entrenamiento y físico nos permita. Es inevitable que, en muchas ocasiones, se intenten imitar ciertos gestos de los ídolos; pero cuando tienes un balón en las manos y el objetivo es ejecutar un tiro con acierto, ninguno de nosotros va a tener su preparación ni su físico, así que tendremos que asumir nuestro estilo con nuestras armas. Dicho esto, ya tenemos un balón en las manos y una canasta enfrente a 3,05m de altura, ahora hay que meterla.
Pero, hay que preparar el tiro y esa palabra que hemos usado varias veces, mecánica, va a ser uno de los ejes fundamentales sobre los que desarrollar todo el movimiento. En la primera parte de este aprendizaje es bueno tener ayuda: un entrenador personal sería lo más adecuado (o alguien con conocimientos) que vaya asesorando al tirador en algunos de los puntos principales como el apoyo del balón en la mano de tiro.
Esa posición, para la ortodoxia, debe soportar el balón entre la parte final de la palma y los dedos de la mano natural, agarrando el balón con las yemas y utilizando la otra mano de apoyo lateral; el brazo natural con un arco de flexión de unos 35 grados que nos permita impulsar el balón hacia arriba, recto y bombeado, para encontrar el aro. Parece más fácil de lo que se lee, pero hacerlo bien es más difícil de lo que imaginamos.
En internet encontraremos muchos manuales (si somos de la vieja escuela) o muchos vídeos tutoriales (si somos milenials con ganas de aprender), pero un ejercicio básico que sirve para practicar y lograr una buena ejecución es colocarse enfrente de una pared (o en un espacio abierto) con un balón en la mano y hacer cientos o miles de repeticiones de la mecánica, fijando un punto para acertar y que, en la caída, el balón vuelva a la misma posición.
Repetimos, serán necesarias cientos o miles de repeticiones y mucha paciencia si lo que queremos es hacerlo bien. Otra cosa importante a la hora de mejorar la técnica es saber utilizar a nuestro favor las líneas de goma que circundan el balón. Serán los mejores puntos de contacto para lograr que el balón gire en el aire hacia la canasta y, ese giro, nos servirá también para que la física actúe a la hora de, si toca aro, que acabe entrando. Algunos entrenadores de habilidades recomiendan que los primeros ejercicios de tiro los hagamos con balones que tengan al menos dos colores bien diferenciados para que podamos comprobar el giro recto y correcto del balón.
Si tras miles de horas de práctica hemos logrado técnica y dirección, es el momento de empezar a tirar a canasta. Primero lo haremos a pies parados, sin salto y reiterando nuestros movimientos de práctica. Es cierto que puede resultar tedioso, pero es la base de un futuro tirador. Para no desesperar y aburrir, podemos ir combinando los tiros parados (como si fuera un tiro libre) con los realizados en carrera. Éstos últimos requerirán todo lo aprendido y un extra de coordinación con el resto del cuerpo en el que la flexión de piernas ayudará al impulso y aumentará el rango de tiro.
Siempre hay que recordar que, cuando se inicia la parada y el impulso de las piernas, el balón debe reposar en la palma del brazo de tiro, con los dedos en las rayas de goma y la otra mano acompañando para que el balón no se mueva; impulsar el brazo de tiro intentando que el lanzamiento sea recto y el balón, al mismo tiempo, obtenga rotación en el sentido de las agujas del reloj. Con estos consejos el tiro está anotado.
Ahora bien, es posible que determinados ejercicios complementarios ayuden a conseguir precisión y rango largo de tiro. Algo de musculación en hombro y brazos siempre ayudará. El ejemplo es muy gráfico: en los últimos 30 años los jugadores han ido alejándose cada vez más del aro y, sin embargo, consiguiendo buenos porcentajes de tiro a base de musculación y entrenamiento de repetición.
De hecho, la NBA llegó a plantearse una línea de 4 puntos, sobre todo desde la irrupción en el juego de Stephen Curry, probablemente, el jugador que más acierto ha tenido desde distancias largas. Para darnos cuenta de la importancia que tiene la base en el aprendizaje de estas técnicas, hay que señalar que no muchos jugadores han sido capaces de cambiar su mecánica con acierto. Puede que sí hayan mejorado los porcentajes de tiro a base de entrenamiento, pero con una mecánica aprendida desde la base lo que, seguramente, les ha impedido ser mucho más efectivos. Mejorar el tiro en baloncesto es fundamental para el éxito.