Hablar de baloncesto es hablar de jugadores altos, de brazos largos, de físicos imponentes, de auténticos atletas que pelean cada balón como si fuera el último y que necesitan una altura importante para conseguirlo. Pero, de vez en cuando, aparecen jugadores que sorprenden por su pequeño tamaño. Profesionales del basket que han llegado a lo más alto pese a ser realmente bajos.
Todos recordamos a Spud Webb, el jugador más bajito en ganar un concurso de mates en la historia de la NBA. Pero, además de esta superestrella, hubo muchos otros que destacaron por pequeña estatura para enfrentarse a auténticos gigantes del deporte. Estos son los jugadores más bajos de la NBA, aquellos que, pese a tener menos altura que sus rivales, llegaron a lo más alto.
Es el jugador más bajo de la NBA, con solo 1,60. Una altura increíble para dedicarse profesionalmente a este deporte pero que suplió con su enorme capacidad para robar balones y repartir asistencias. Debutó en la mejor liga del mundo con los Washington Bullets y allí coincidió con Manute Bol que con sus 2,31 es uno de los jugadores más altos de la historia de la NBA. Un año después fue fichado por los Charlotte Hornets en un draft de expansión y allí jugó la mayoría de su carrera.
Un auténtico trotamundos del baloncesto: jugó hasta en diez equipos diferentes de la NBA, pero también probó fortuna en Europa con la Virtus de Bolonia y en la CBA con los Rockford Lightning. Denver fue el equipo en el que mejores prestaciones ofreció, promediando entre 10 y 15 puntos por partido y permaneciendo cuatro temporadas en los Nuggets. En tres de ellas jugó sus únicos partidos de play-off, aunque siempre cayó en primera ronda.
Aunque su verdadero nombre es Anthony Jerome Webb, en el mundo del baloncesto todo el mundo le conoce como Spud Webb, que es el diminutivo de 'Sputnik', el apodo que le puso su abuela cuando era pequeño. Jugó 12 temporadas en la NBA, la mayoría entre Atlanta Hawks y Sacramento Kings, pero todos los aficionados le recuerdan por su proeza en 1986: consiguió ganar el concurso de mates con unos impresionantes saltos.
Su paso por la NBA fue testimonial: firmó por los Boston Celtics, después de tres años a un gran nivel en el Brooklyn College de la liga universitaria. Sin embargo, apenas jugó 13 partidos en la mejor liga del mundo durante la temporada 1946-47.
Pese a su corta estatura, consiguió labrarse una carrera en el mundo del baloncesto, aunque para ello tuviera que cambiar de equipo constantemente. Jugó hasta en seis franquicias de la NBA, alternando con fichajes por equipos europeos, de la CBA e, incluso, con apariciones en la liga de desarrollo de la NBA. Tras su retirada se convirtió en entrenador de instituto durante cinco años, consiguiendo buenos resultados en el Trenton Central High School.
Llegó a la NBA como agente libre en 1992, después de que no fuera seleccionado en el draft, pero jugó tres años en los Warriors antes de comenzar su carrera en Europa. Lo hizo en Estudiantes y, a partir de ese momento, no dejaría de recorrer el Viejo Continente: Le Mans, Real Madrid, Fenerbahce, San Petesburgo, Estrasburgo y Nancy. Tras retirarse en 2014 comenzó su carrera de entrenador universitario en Estados Unidos.
Es el jugador más bajo en ganar el anillo de campeón de la NBA y lo hizo de una manera increíble, con solo 17 partidos jugados en la liga. Firmó por los Baltimore Bullets a mitad de la temporada 1947-48 y con ellos disputó 11 partidos de la liga regular, ayudándoles a conquistar el título de la conferencia oeste. En el play off por el título, derrotaron por 4-2 a los Filadelfia Warriors, conquistando la segunda liga oficial de la NBA.
Si Klotz solo jugó 17 partidos, pero logró ganar una liga, el paso de Wat Misaka por la NBA fue mucho más testimonial. Apenas jugó 3 partidos con los New York Knicks en la temporada 47-48 antes de ser despedido: aunque la versión oficial es que los Knicks tenían muchos bases, varias fuentes apuntan a que se trataron de problemas raciales del propietario del equipo, ya que Misaka era de origen asiático, aunque había nacido en Utah.
La altura es uno de los requisitos más importantes para ser profesional del basket, pero estos jugadores han demostrado que, pese a su pequeña estatura, desarrollaron una importante carrera en este deporte. Estos son los jugadores más bajos de la NBA, pero también dejaron huella en un deporte donde los que mandan suelen medir más de dos metros.