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Michael Jordan y su regreso hace 25 años: la historia de un fax con tres palabras

  • Se cumplen 25 años desde que Jordan regresara a las pistas

  • La leyenda de los Bulls regresó con el dorsal 45

  • Las críticas le hicieron entrenar con rabia y volver a ser el mejor

De Michael Jordan se podría hablar los 365 días del año, recordando alguna de sus hazañas. El que para muchos es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, nos ha dado un sinfín de historias para no dejar de recordar. Una de ellas, su emoción al recordar la figura de Kobe Bryant.

Se cumplen 25 años de su regreso a las canchas tras su primera retirada. Se han cumplido 25 años desde que David Falk, representante de Jordan, anunciara con un fax el regreso del mejor jugador de la historia a las canchas de la NBA tras haberse retirado en 1993. Lo hizo con un escueto pero efectivo “I’m Back” (he vuelto).

El regreso del más grande de la historia

No se necesitaban más palabras para que el mundo se volviera loco ante el regreso de un jugador que había hecho historia. Todos los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, siendo el acontecimiento deportivo del momento. Ese mismo día, el entrenador Phil Jackson dio una rueda de prensa afirmando que Jordan había vuelto a ser activado como jugador de los Chicago Bulls.

No estaba siendo la mejor temporada del equipo de la ciudad del viento. El 19 de marzo, tan solo unos días después del anuncio de su regreso, se subió al avión con el resto de sus compañeros, rumbo a Indiana, donde disputaban su próximo partido.

Pero hubo un detalle que nadie esperaba. Jordan, quien después de su retirada había firmado por un equipo de béisbol para cumplir una promesa que le había hecho a su padre, no llevaba su icónico número 23. No podía, puesto que los Bulls lo habían retirado. En su lugar portaba el número 45, el mismo que portaba en los Barons, el equipo afiliado a los White Sox en el que jugaba a béisbol.

Jordan era una leyenda ya en su regreso y, por eso, incluso 18 meses alejado de las canchas de basket, fue titular en el partido ante los Pacers. Obviamente, le costó entrar en juego y no fue demasiado efectivo: anotó 7 de 28 tiros y su equipo perdió a pesar de sus 19 puntos.

Al termino del partido, Jordan reconoció que echaba de menos tanto a sus compañeros, como volver a sentirse vivo en una cancha de baloncesto.

Volviendo al 23

La temporada continuó y poco a poco fue cogiendo el tono. En el camino, una brillante actuación en el Madison Square Garden de Nueva York, en la que anotó 55 puntos.

Sin embargo, llegaron los playoffs y los Bulls cayeron en segunda ronda ante los Orlando Magic de un jovencísimo Shaquile O'Neal. Las críticas se cebaron con Jordan, asegurando que estaba lejos del jugador que fue.

Eso hizo que se entrenara y preparara todavía con más fuerza con el objetivo de volver a lo más alto. Un jugador grandioso que quería volver a reinar. Se entrenó con más rabia que nunca y volvió a portar el dorsal 23, aquel con el que hizo que el mundo le admirara. Aunque, tal hecho, le costó una multa económica a los Bulls por no haber avisado a la NBA.

El desenlace, todos lo conocemos. Jordan dio los años de más calidad, demostrando que es el mejor jugador de todos los tiempos, y se llevó tres anillos más de campeón, para hacer un total de seis. Dios volvió a disfrazarse de jugador de baloncesto.