La inteligencia en el baloncesto se demuestra de muchas maneras en la cancha. Debe ser una comunión total entre entrenador y jugadores para que se genere una química que ayude a encontrar siempre la mejor opción para anotar cada canasta y ganar los partidos. Si siempre se pensó que el base era la proyección del entrenador en la cancha, sus decisiones sobre los sistemas y el posicionamiento de sus compañeros, debe marcar el éxito o el fracaso en cada partido. Precisamente la aplicación de los sistemas debe darse correctamente dependiendo del tipo de defensa del equipo contrario y ahí, esa conexión entre jugadores exteriores e interiores es fundamental. Jugar con los postes, en los postes y entre postes de forma correcta es garantía de éxito.
Hablar de la existencia de poste alto y poste bajo en baloncesto es conocer bien la ubicación de cada pieza en la cancha. En el caso de los postes, suelen ser los jugadores interiores los que ocupan esas posiciones y los que deben estar coordinados para sacar el mayor provecho en ataque, al tiempo que es necesario que conozcan bien a sus rivales para anular su efectividad en defensa.
El juego al poste bajo es prácticamente una ciencia. Si bien es cierto que en todas las posiciones de un equipo de baloncesto siempre podríamos poner un jugador histórico para ilustrar el tipo de juego que desarrollaba, no es menos cierto que el poste bajo mezcla unos ingredientes de fuerza, técnica, paciencia y visión de juego que hace que solo unos elegidos puedan formar parte de nuestros ejemplos. De todas formas, el juego en el poste bajo no siempre ha sido territorio de gigantes, fornidos y elegantes jugadores: ellos no son los únicos referentes. También a lo largo de la historia ha habido jugadores más toscos que, sin embargo, han dominado en el poste bajo.
Por definir la zona de actuación, el poste bajo lo entendemos por un área cercano al aro en el que trabajar un tipo de juego (defensa o ataque) que debe tener como finalidad obtener muchas opciones de juego, no solo anotar. El atacante debe ganar una posición y controlar la ubicación de sus defensores, así como la de sus compañeros. Estadísticamente está demostrado que los balones que viajan desde el poste bajo hacia afuera, léase, aleros o escoltas, acaban con más de un 60% de anotaciones, lo que nos resalta la importancia de un buen trabajo cerca del aro.
Por otra parte, un buen jugador de poste bajo sabrá aprovechar su cuerpo para posicionarse de cara a anotar. Es muy habitual que los sistemas contemplen bloqueos entre hombres altos para facilitar que el balón llegue a una posición cercana al aro y, a partir de eso, generar juego. También suelen aprovechar su corpulencia para hacerse con la posición en la línea de fondo, muy importante a la hora de recibir el balón y tirar rápido cerca del aro.
Contra defensas individuales, un buen jugador interior debe saber moverse con el cuerpo y controlando el balón y posición. Es frecuente ver a jugadores que postean y acaban la jugada en gancho o medio gancho.
Pero si la defensa del equipo contrario es una zona 2-3, por ejemplo, cobra importancia la otra gran figura del juego interior: el poste alto. El área de posición de un jugador de poste alto se sitúa en las inmediaciones de la línea de tiros libres y zona de influencia. Es un jugador muy polivalente, debe ser más rápido que los jugadores de poste bajo, pero hábil a la hora de facilitar espacios a jugadores exteriores que intentan penetrar. Suele vérsele bloquear a oponentes con su cuerpo moviéndose tanto hacia el aro como hacia afuera para abrir hueco en defensas cerradas. Su participación, además, en las decisiones de pases poste alto a exteriores y poste alto a poste bajo hace que sea necesaria una gran capacidad y rapidez en los pases. Además, los jugadores de poste alto deben tener un buen rango de tiro, de cuatro a seis metros para obligar a las defensas a dudar en lo que hacer.
Como todo el baloncesto, esta posición también ha variado y evolucionado mucho a lo largo de la historia. A finales del siglo XX era raro ver a un ala pívot con un buen tiro desde el poste alto, pero hoy en día ya nadie duda de que su rango llega incluso a la línea de 3 puntos, ya sea en Europa o en la NBA, donde la línea está más lejos. Respecto a su rol en el pase, debe tener mucha precisión, más que por la exigencia de un pase hacia afuera, por la que supone un pase a su compañero interior. Debe manejar lo que ahora se llama un alto IQ, la inteligencia de juego, para analizar todas sus opciones de pase o tiro. Además, debe leer con claridad las defensas que se le plantean y aprovechar las posibles puertas atrás de sus compañeros en situación de ataque, ya que una rápida reacción significa canasta segura.
Los jugadores interiores deben tener muy claros los conceptos de los postes altos y bajos para saber cómo aprovechar las ventajas que aparecerán en la circulación del balón. Como dicen todos los entrenadores, el trabajo que se haga en la base marcará las posibilidades de evolución de los jugadores. Ejemplos de jugadores actuales que dominan ambas posiciones son el serbio Jokic (Nuggets) o Marc Gasol (Lakers), curiosamente europeos que han bebido de fuentes como Arvydas Sabonis, que triunfó en la ACB en el Forum Valladolid y el Real Madrid, ante de emigrar a los Blazers de la NBA.