Hoy, tercera sesión del juicio contra cuatro miembros de La Manada por una presunta agresión sexual en Pozoblanco, Córdoba.
Quedan dos jornadas, en las que se estudiarán, entre otras, la prueba pericial presentada por la asociación Clara Campoamor para demostrar que la víctima intentó suicidarse por las secuelas.
Ayer declaró la joven, arropada de decenas de personas que mostraban su apoyo incondicional.
La joven declaró a puerta cerrada, detrás de un biombo, a solo un metro de La Manada. Dijo que no recuerda cómo entró en el coche, ni los besos y tocamientos. Sólo que se despertó medio desnuda y que Cabezuelo la golpeó cuando se negó a mantener sexo con él.
Al día siguiente, según su relato, llamó a un conocido para decirle lo que había ocurrido. “Peter, me han violado”, fue el mensaje que le envió.
Según los psicólogos, la víctima ha revivido una experiencia muy traumática, una herida psicológica que dos años y medio después no ha cicatrizado.
Por su parte, los acusados han seguido la jornada comentando cada testimonio. Han declarado amigos suyos, los que recibieron por WhatsApp el vídeo sexual de aquella noche. La Manada lo compartió sólo 22 minutos después de los presuntos abusos. Aseguran no recordar nada.