Logo de Cuatro al día
Cuatro al día

Logo de Cuatro al díaCuatro al día

Dejarlo todo por amor: muchos miembros de la realeza han renunciado a sus obligaciones por sus parejas

  • El último adiós ha sido el de los Duques de Sussex, Harry y Megan

  • En las monarquías de todo el mundo se han producido renuncias por amor

  • Cristina de Suecia, 'la reina lesbiana', renunció a casarse con un hombre

El Brexit ha quedado relegado a un segundo plano para gran parte de la opinión pública británica porque ha llegado el 'Megxit'. Así han titulado varios medios el adiós de los Duques de Sussex a la Casa Windsor. Pero Harry y Megan ni han sido los primeros ni serán los últimos miembros de la realeza que renuncian a sus obligaciones. Hubo otro antes y la mayoría, lo hicieron por amor.

El último miembro de la realeza británica que renunció voluntariamente fue Eduardo VIII en 1936 para poder casarse con Wallis Simpson. Esto fue considerado infame por la familia real. Obviamente, esto no es igual ya que Harry es sexto en la línea de sucesión al trono.

Fuera del Reino Unido, también se han producido situaciones similares. En el año 2002 el príncipe Friso de Holanda renunció a sus derechos de sucesión al trono para casarse con Mabel Wisse, expareja setimental de un conocido ganster holandés. Una historia de amor con final trágico, el príncipe Friso fallecío 11 años después a causa de un grave accidente de esquí.

La Corona Sueca, también ha sufrido este tipo de vaivenes. A mediados del Siglo XX el príncipe Bertil renunció a regentar el trono porque eso también suponía renunciar a su romance con Lillian May Davies,

una mujer británica divorciada. Su apuesta por el amor le salió bien, tras 54 años de relación

solo la muerte les separó.

Aunque sin duda, la que rompió todos los moldes fue Cristina de Suecia, apodada la reina lesbiana,

quien no tenía ningún pudor al presentar a su amiga, Ebbe Sparre, como su amante. En 1654, la Reina Cristina renunció al trono por negarse a casarse para traer herederos.

En La monarquía vigente más antigua del mundo también ha vencido el amor frente a los privilegios monárquicos: la princesa Mako de Japón, nieta mayor del empreador emérito Akihito, renunciará a todos sus títulos para poder casarse con un plebeyo tal y como ya hizo su tía Sayako en 2005