La edad media de emancipación en España es de 30 años. Pero unos 6000 jóvenes tutelados por el Estado (datos de 2019, últimos conocidos) lo hacen obligatoriamente al cumplir los 18. A esa edad deben abandonar los centros de acogida de la Administración que pueden ser pisos o centros. Sin embargo, ahora durante la pandemia se han alargado esos plazos de salida.
Pero si ya es difícil la emancipación a los 18 años teniendo familia, imagínese lo complicado que puede ser sin ella. Cerca de la mitad acaba viviendo en casas de familiares, aunque no necesariamente el mismo núcleo del que salieron, sino por ejemplo con algún pariente lejano. Sin embargo, no todos tienen ese lujo, por eso el resto tiene que irse a algún piso de acogida.
Por eso la ONG 'Nuevo Futuro' les permite alargar ese plazo hasta los 21 años acogiéndolos en sus pisos. A veces, ese límite se puede alargar más, si, por ejemplo, los jóvenes están estudiando una carrera.
En esta ONG presidida por Miriam Poole tienen diferentes viviendas repartidas por toda España. En ellas, no sólo les ofrecen un techo también les preparan para enfrentarse a la vida laboral.
Rebeca García, es una trabajadora social de esa organización y como ella misma nos dice “aquí los que ni estudian ni trabajan o no se ponen a buscar activamente trabajo continúan. Esto es una oportunidad y tienen que dejar plazas libres para los que quieren tener un plan de vida”. Por eso, los jóvenes que aquí entran sólo piensan en demostrar lo mucho que valen porque aquí no hay NINIS “ni (trabajan) ni (estudian)” que valgan.