¿Sabrían reaccionar si alguien se desploma ante usted con síntomas de tener un paro cardiaco? El 16 de octubre es el Día Europeo del Paro Cardíaco, una dolencia que causa más de 50 000 muertes al año en España y algunos conocimientos muy básicos de reanimación pueden salvar miles de vidas. Con este objetivo, se han organizado cursillos rápidos y demostraciones por toda España.
Desde Granada, Antonio Lasso, reportero de 'Cuatro al día' explica que el objetivo de este día es concienciar de que tenemos que estar preparados para que en cualquier momento podamos salvar una vida ya que, solo en España, anualmente, son más de 50 000 las paradas cardiacas y solo 4 000 llegan con vida al hospital.
Con este objetivo, los servicios de emergencias sanitarias lanzan un mensaje muy claro: tenemos que estar formados y conocer la cadena de supervivencia que comienza con una llamada al 061, seguida de una reanimación cardiopulmonar y la espera para que llegue la UVI móvil. Tenemos que ser conscientes de esta formación y empezar con los más pequeños, insisten.
Al año se dan más de 52 000 los paros cardiacos en nuestro país, ocurriendo la mayor parte en nuestro domicilio. "Ocurre una parada cardiorrespiratoria más o menos cada 20 minutos. El 70 por ciento de las paradas que ocurren fuera de un hospital ocurren en el domicilio", señala Eladio Velasco, director del 061 de Granada.
La técnica de reanimación cardiopulmonar es una de las herramientas más importantes en la cadena de supervivencia y se hace, indica Miguel Angel Andrade, enfermero del Samu, "a un ritmo de 100-120 por minuto. ¿Durante cuánto tiempo? Cada dos minutos vamos a hacer una revaluación". Una vez realizada la maniobra es el turno de la reanimación mecánica a través de un desfibrilador. Por ello, es importante, insiste el enfermero Cristian Estévez "que conozca toda la población este tipo de aparato, este tipo de maniobra para poder salvar vidas".
Francisco Ballestero, estudiante de Enfermería, por ejemplo, en ningún momento pensó que en su segundo año de curso iba a ayudar a salvar una vida. "Empecé a machacar el pecho y por suerte, nada, ni 30 segundos estuve, me dijo el médico ‘para un momento’ y tomó pulso", relata.
Esto prueba que es una cadena en la que cada uno de nosotros, aunque no sepamos cuando, nos podemos convertir en el eslabón más importante.