La presión en los centros de salud de las áreas más turísticas sigue siendo muy alta. La población en estas zonas se multiplica durante el verano y a su vez los ambulatorios tienen menos personal y horarios más restringidos a pesar del trabajo añadido que supone atender los casos de covid.
Pero esta situación no solo se produce en estas zonas, más pobladas en verano. Madrid, en el mes en el que está más vacía, tiene los servicios de urgencia saturados, en parte precisamente por las carencias en su Atención Primaria.
Un vídeo grabado recientemente en las urgencias del Hospital Universitario La Paz de Madrid sirve de ejemplo. Muestra camas supletorias en los pasillos. Es agosto, pero en este centro están saturados y, entre otras razones, por la reducción del servicio en los centros de salud.
"La gente sigue viniendo porque no son atendidos en los centros de salud. Más que nada porque está absolutamente sobrepasado. Hay centros de salud que están cerrando y recortando horarios. Llegan a los hospitales y en los hospitales no hay dónde ponerles. No hay plantas a las que mandarles, entonces se acumula en la urgencia", señala Ana López-Merino, enfermera y delegada sindical de MATS.
El Hospital Universitario Puerta De Hierro no está mejor. La pandemia complica aún más una situación que no es nueva. "Todos los veranos se cierran camas para no contratar personal que mantenga esas camas abiertas y poder dar descanso a los sanitarios que están en los hospitales. El problema que nos encontramos es el contexto de una pandemia, el propio espacio físico en los hospitales se ve muy reducido", añade López-Merino.
Las zonas más turísticas de España también se ven afectadas. La población se multiplica y los ambulatorios están saturados desde hace semanas. "Vienen muchos turistas y vienen aqui", comenta una vecina. Hay más pacientes, pero menos médicos y enfermeras. Y menos citas.
"Te dan para dentro de 15 días por lo menos", comenta otra mujer. Algunos tienen que sumar la espera para solicitar la cita en persona si no cogen el teléfono. "Llamas por teléfono y es que ni te lo cogen. Tienes que venir aquí, después de trabajar y hacer la cola, que puede ser de una hora", añade la mujer. Una atención más limitada y jornadas maratonianas para sanitarios cada vez más agotados.