Ya no queda gente como Santos Cortés, un veterano de la Guerra Civil española. En marzo cumple 102 años. Su vida es de las que empieza rápido: a los 10 años, su madre le puso a trabajar de recadero, “entonces no había dinero para ir al colegio", recuerda. Desde pequeño se juntaba con anarquistas "me acuerdo de uno al que llamábamos el “libertín”". A los 15 años ya le movilizaron para combatir. Había comenzado la Guerra Civil.
Se incorporó a la 70 brigada mixta, IV batallón de ametralladoras. Su primera movilización fue para defender Madrid en el valle del Jarama, al este de Madrid. Precisamente a principios de febrero (4 al 27). Aquí se da la primera batalla moderna del Ejército Español y posiblemente también la primera en Europa porque se dan en el mismo teatro de operaciones: la infantería, la artillería, los blindados y la aviación en un número que hasta entonces nunca se había dado.
El ejército sublevado pretendía rodear Madrid asediándola y cortando las comunicaciones con Valencia adonde había huido el gobierno republicano. Junto a Miguel Cuesta, autor de 'Rutas de la guerra civil española' (Ed. Anaya Touring).
Recorremos las trincheras y refugios en las que combatieron soldados como Santos. Impresiona saber que los mismos olivos que nos contemplan sirvieron de parapeto a españoles matándose entre sí, o brigadistas que de multitud de países del mundo: estadounidenses, italianos, irlandeses, alemanes hasta polacos.
Todo parecía un ensayo de lo que vendría dos años después con la II Guerra Mundial. Miguel Cuesta ha recorrido más de 200 frentes de batalla para situar cada uno de los restos de la Guerra Civil y señala que "salvo excepciones, todos están en un lamentable, siendo como fue uno de los episodios más importante de nuestra historia".
Santos manejaba la popular ametralladora Maxim, un arma de las más mortíferas. "Soy consciente de que tuve que matar a gente, fue una de las batallas más sangrientas", señala Santos. De hecho, los combates cuerpo a cuerpo que se sucedieron en la batalla del Jarama fueron los más duros de toda la contienda.
Miguel Cuesta, ha visitado también países del este de Europa: "Al final todos tienen la misma base, se va alimentando el odio poco a poco lentamente hasta que se acaban matando". Para que esto no se olvide Gregorio Salcedo creó el museo de la Batalla del Jarama, en Morata de Tajuña. Sobre todo, gracias al apoyo de un brigadista alemán Fritz Eikermeir y su hija Renate y es que también hubo alemanes que lucharon por la República.
En su memorial ubicado en gran espacio cedido por el ayuntamiento podemos ver todo tipo de objetos para entender como era el día a día de Santos Cortés: desde candiles hechos en latas de sardinas, tinteros, o picos para cavar refugios como a los que nos lleva Miguel Cuesta y que se pueden ver en el video.