Nada es para siempre y los enterramientos tampoco. En realidad son un alquiler que se va renovando con el paso de los años. Dependiendo del cementerio municipal que se trate y la demanda que tenga las concesiones pueden ser 10, 20 30 o 75 años. Es decir, al acabar este plazo se lo dicen al titular para que, por ejemplo, se lleve los restos a otro sitio, prorrogue la permanencia o los incinere y esparza las cenizas donde quiera en una ceremonia familiar. Sin embargo, uno de los problemas que tienen los servicios funerarios es que no se actualizan los datos de contacto de los familiares del fallecido con lo que no pueden comunicarse con ellos. Pero no es el único problema, hay muchos más que veremos en este video. Elena Garrido y José Antonio Gómez responsables en el cementerio más grande de Europa occidental , el de la Almudena en Madrid, nos explican los problemas que suelen tener. Empezando por el importante papel del titular de la unidad de enterramiento que a menudo desconocen las familias. También nos desmontan uno de las creencias más extendidas: pensar que el cuidado de la tumba corresponde al cementerio.