Al final, el supuesto globo espía chino acabó en el Atlántico. El presidente Joe Biden dio la orden de derribar el dirigible asiático que sobrevoló durante días su territorio.
Ahora, Pekín, que sigue negando que se tratara de un aeronave de vigilancia, se reserva el derecho a responder a una reacción que califica de desproporcionada. Lo que es innegable es que este episodio no ayuda a las relaciones entre ambos países.
Estados Unidos ha derribado el globo espía chino en cuanto se ha adentrado en el Atlántico. El Departamento de Defensa ha confirmado que uno de sus cazas de combate abatió mediante un misil al globo espía cuando se encontraba a unas seis millas náuticas de la costa.
Los restos del globo cayeron a unos 14 metros de profundidad y, en breve, serán recuperados por los buzos de la marina.
El Ministerio de Exteriores chino ha manifestado su descontento por el uso de la fuerza y ha reiterado que el globo solo tiene un fines científicos y que se desvió de su ruta por accidente.
Este incidente ha provocado que se haya cancelado la esperada visita a Pekín que el Secretario de estado estadounidense Antony Blinken tenía programada y que habría comenzado hoy.