Día de Nochebuena en Kiev, diez meses de guerra en Ucrania. No hay mejor señuelo para un bombardeo que un enorme árbol repleto de luces en mitad de la noche. A pesar de todo, el pueblo ucraniano se niega a perder la Navidad y un gran abeto preside la plaza Maidán, en el centro de la capital. Para muchos habitantes de la ciudad, estas fiestas serán a medio luz y a medio gas o, mejor dicho, sin electricidad ni calefacción debido a los constantes cortes.
Menos suerte tienen otras regiones como Donetsk, en el Donbás, donde el frente de guerra está más cerca y en donde miles de personas pasarán la Navidad como el resto de días, semanas o meses, escondidos bajo tierra. Allí cenarán lo que tengan para escapar de los bombardeos.
Ucrania, pese a las vicisitudes de la guerra, se resiste a que le arrebaten la Navidad, que han empezado a festejar por primera vez un 24 de diciembre, como en los países de Europa, para distanciarse cada vez más de la influencia rusa. Hasta ahora, la mayoría de los ciudadanos, que son ortodoxos, celebraban la Nochebuena el 6 de enero.
Las familias ucranianas preparan para la cena doce platos, que representan a los doce apóstoles. Y, al finalizar, cantan villancicos. Los niños esperan sus regalos pero lo que más anhelan es que llegue la paz.
Por otra parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha alertado a la población de la posibilidad de que las Fuerzas Armadas rusas "estén activas" y puedan llevar a cabo nuevos ataques durante los días de Navidad.
"Desprecian los valores cristianos y cualquier valor en general. Por lo tanto, presten atención a las señales aéreas de advertencia. Ayúdense unos a otros y protéjanse siempre", ha indicado Zelenski, según ha informado la agencia de noticias Ukrinform.
Mientras tanto, los combates no cesan. Las autoridades ucranianas han informado de la muerte de al menos ocho civiles tras los bombardeos del último día en la región de Jersón, que han dejado también al menos 35 personas heridas.
El gobernador de Jersón, Yaroslav Yanushevich, ha detallado que la región ha sido alcanzada durante la última jornada por 74 impactos de misiles y cohetes rusos en un total de 36 ráfagas. Los proyectiles han alcanzado instalaciones de infraestructura crítica, así como edificios privados, un hospital y una escuela, entre otros.
Por otro lado, en Donetsk dos personas han muerto tras los bombardeos rusos sobre la región, tal y como ha informado su gobernador, Pavlo Kirilenko, si bien ha señalado que la cifra actual es muy difícil de determinar con precisión.
A lo largo de esta pasada noche se han registrado más bombardeos de las fuerzas rusas en las regiones de Sumy, Járkov, Zaporiyia y Mikolaiv, entre otras.