El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha aclarado qué enmiendas presentará mañana el grupo socialista y de qué manera va a modificar el delito de malversación.
El líder del PSOE ha defendido desjudicializar el conflicto político en Cataluña aunque implique "decisiones arriesgadas", en plena tramitación de la reforma del Código Penal para derogar la sedición, reformar los desórdenes públicos y el delito de malversación.
El vicesecretario de Política Autonómica y Local del Partido Popular, Pedro Rollán, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, han coincidido este domingo en expresar su rechazo a la propuesta de PSOE y Unidas Podemos que añadiría al Código Penal un nuevo tipo de malversación consistente en el desvío presupuestario irregular dentro de la misma administración pública, penalizado con hasta cuatro años de cárcel, dos menos que la pena máxima establecida ahora.
Rollán, que ha participado en una concentración en Pamplona contra el acuerdo entre Gobierno y EH Bildu que pone fecha al traspaso de Tráfico a Navarra, ha señalado en relación con la malversación que "el Partido Socialista y Podemos están intentando defender lo indefendible, están intentando encubrir lo que es una rendición más, una pleitesía más a los independentistas de ERC".
Lo ha dicho en un acto del PSC en el Palau de Congressos de Barcelona ante más de 2.500 personas, y junto al líder del partido, Salvador Illa; el primer teniente de alcalde de la ciudad y alcaldable, Jaume Collboni, y la viceprimera secretaria de organización electoral del PSC y alcaldesa de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Lluïsa Moret.
"Sé que las decisiones que tenemos que tomar son arriesgadas, pero es que no hay otras, no hay otro camino. Hay que devolver la confrontación y el debate político al territorio de la política y sacarlo de los juzgados, y es lo que estamos haciendo", ha defendido.
También ha sostenido que los socialistas apuestan por el "reencuentro", tanto desde el Gobierno como con la defensa del diálogo de Illa en el Parlament, y ha defendido que Cataluña está mejor ahora que en 2017.
"No hay nadie que defienda lo contrario, salvo los que son adictos a la confrontación, que aún los hay, pero no son la mayoría", y ha mantenido que esa apuesta del Gobierno por el reencuentro ha posibilitado impulsar grandes inversiones que no habrían sido posibles en la Cataluña de 2017.