Las calles de Cataluña han vuelto a canalizar la tensión generada por el rechazo de los independentistas a la sentencia condenatoria del procés. En el segundo día de movilizaciones, los afines al secesionismo, alentados por el propio Govern, entidades como ANC y Ómnium y también por los CDR, han vuelto a concentrarse masivamente en múltiples puntos de la comunidad autónoma. Nuevamente, la Ciudad Condal ha congregado la mayor parte de las acciones de protesta, siendo a última hora de la jornada la Delegación del Gobierno en Barcelona el epicentro de las mismas. Aquí, distintos grupos violentos se han empleado rompiendo el vallado establecido por los Mossos D’Esquadra, y desoyendo las advertencias, han procedido al lanzamiento de todo tipo de objetos.
Muchos de ellos encapuchados, y algunos con cascos y palos, han lanzado a los agentes botellas, globos y botes de pintura, petardos, bengalas, piedras y otros objetos, motivando la carga policial.
Los más radicales intentaron sin éxito asaltar la Delegación, pero los agentes lograron frenar la acometida y recuperar posiciones.
En paralelo, una sentada pacífica en las proximidades contrastaba con la imagen de tensión vivida en el lugar.
Al no poder conseguir el asalto a la Delegación de Gobierno en Barcelona, los radicales que habían provocado altercados en el lugar se desplazaron por el Paseo de Gracia incendiando todos los contenedores que encontraban a su paso y provocando auténticas barricadas de fuego.
La situación obligó a los Mossos y la Policía Nacional, a intervenir nuevamente para dispersar a los grupos más violentos haciendo uso de las porras y los proyectiles foam. Mientras, los bomberos se afanaban en intentar apagar las más de 20 hogueras provocadas en el centro de la Ciudad Condal.
Tras 48 horas de movilizaciones en repulsa a la sentencia del procés, el independentismo se muestra férreo y no cede en su desafío al Estado. Quim Torra ha llamado a “participar masivamente” en las denominadas ‘Marxes per la Libertat’ que se van a producir en distintas ciudades de Cataluña, y ha insistido en continuar y “reafirmar los compromisos” adoptados por los condenados por la sentencia del 1-O, esto es, “el ejercicio del derecho a la autodeterminación y de los derechos civiles, sociales y políticos que el pueblo catalán merece”.
“Seguiremos luchando”, ha recalcado, rechazando una convocatoria de elecciones: “Es el momento de fortalecer las instituciones catalanas, el Govern y el Parlament. De ser fuertes ahora más que nunca por la nueva ola de represión que está viniendo desde Madrid”, ha dicho, evidenciando las intenciones del independentismo de proseguir obstinadamente en su presión al Gobierno de España.
Desde Bélgica, donde permanece huido desde hace casi dos años, su predecesor, Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña, insiste en la necesidad de que el pueblo catalán se movilice por la independencia: "Tenemos que movilizarnos y tenemos que hacer sentir nuestra voz. Hay muchas formas y todas tienen que ser democráticas y no violentas", ha dicho, pidiendo “responder con más fuerza que nunca”.
De momento, el líder catalán aguarda en su mansión de Waterloo para conocer la decisión de Bélgica sobre la euroorden enviada por el instructor de la causa del procés, Pablo Llarena. La justicia española está traduciendo la misma al neerlandés, tal como han solicitado, y se espera que llegue la próxima semana.