De cara al 26 de mayo, vuelven a aparecer multitud de encuestas. Pese a ser la herramienta fundamental de la estrategia electoral, pocas veces se ha visto en televisión como se hacen por dentro.
Por ejemplo, para conseguir un sondeo normal de unos 1 200 encuestados se realizan cerca de 20 000 llamadas, porque la mayoría no quiere desvelar sus intenciones de voto.
No ofrecen, ni venden, ni incitan a nada. Tienen un cuestionario cerrado y salvo las del CIS que son cara a cara y pueden rondar unos 200 000 euros la mayoría son telefónicas como esta y pueden ir desde los 10 000 o 20 000 euros.
Por último, tras los datos, llega la que peyorativamente se llama cocina electoral pero que no es más que el análisis de datos para hacerlos comprensibles.