Cuatro al día ha entrevistado a Christian y a Andrea, una pareja que está esperando su primer hijo y a la que la crisis del coronavirus les ha dejado sin nada. Él era camarero y perdió el empleo con la caída de la hostelería y ella es una de las teleoperadoras que se han quedado en paro en el mes de mayo.
Al quedarse sin ingresos, han tenido que irse a vivir a una furgoneta que les ha prestado un amigo y, sobre la solicitud del ingreso mínimo vital, esto es lo que nos han dicho: “No me lo dan por un día. Me han dicho que me busque otro tipo de ayuda o que me busque trabajo”, ha lamentado Andrea, que no quiere que su hijo nazca en unas condiciones “como éstas”.
"Quiero darle a mi hijo un buen hogar y una buena vida, que es lo que se merece", ha dicho Andrea desde la furgoneta en la que viven, donde han podido almacenar una lavadora y donde pasan "calor desde las 9:30 de la mañana", tal y como ha comentado Christian, su pareja.
Al no tener hijos todavía (Andrea está embarazada de 7 meses), los dos hubieran recibido un ingreso mínimo vital de 462 euros, que es lo que deben recibir las personas que sufren una situación económica vulnerable, según las cuotas que ha establecido el Ejecutivo. Como ya ha explicado Javier Ruiz, no es que el Estado ceda ese dinero en su totalidad, sino que al ingreso del necesitado se le da lo que necesite para llegar hasta esa cifra.
Como no han accedido a esta ayuda social, Andrea ha pedido ayuda al ayuntamiento de Alcorcón pero, como sigue empadronada en Alcobendas, también le han negado otras opciones.