El asesino de Alzira "tenía su casa llena de cámaras para poder vigilar a la víctima", según sus amigas

Una mujer era asesinada en la vivienda de su expareja que luego se suicidaba, un policía jubilado que la habría retenida durante más de ocho horas en su casa, que tras intensas negociaciones no se podía conseguir que el hombre repusiera su actitud.

Hoy hemos podido saber que este hombre, según sus amigas, tenía su casa llena de cámaras para poder vigilar a la víctima. Las amigas de Raquel "decían que ella tenía miedo de denunciar, que no le veían capaz de hacerle daño, pero que las víctimas han de denunciar porque mira lo que ha pasado", según ha explicado nuestro reportero Manu Lajarín.

El jardinero de la casa de este expolicía nos ha contado más datos sobre el asesino: era un hombre muy disciplinario, que la casa era una herencia por lo que podría haber ciertas disputas económicas. Además, había sido escolta de altos cargos como de Esteban González Pons, que ya ha denunciado públicamente y ha condenado los hechos. Y nos contaban sus amigas que la tenía completamente anulada, que no le dejaba hacer nada sin él.

"Sus amigas me han confirmado que era ella consciente de que él estaba en casa y que por eso le acompañaba su hijo y la chica de la inmobiliaria. Lo que no se esperaban es que apuntara al chaval con una pistola en la cabeza y le dijese que se fuera de ahí o le mataba y después cerrase el garaje", ha explicado Manu Lajarín.

La investigación sigue abierta y algunas informaciones apuntan a que podría no haberla tenido retenida durante ocho horas. Se escucharon varios tiros por la mañana con los que él habría acabado con la vida de Raquel y luego con la suya propia.