Andrea tiene en estos momentos 22 años, pero los abusos sexuales a los que le sometió su abuelo comenzaron cuando esta joven tenía solo tres añitos. El hombre fue condenado a 11 años de prisión por estos abusos a su propia nieta, pero la justicia ha decidido ponerle en libertad por considerarse que tiene “una muerte inminente”.
Andrea, en compañía de sus padres, ha hablado con ‘Cuatro al día’ para denunciar que su abuelo ha roto la orden de alejamiento y ha intentado ponerse en contacto con ella: “Él sale a la calle y vive aquí al lado, a 300 metros de mi casa”.
Andrea y sus padres explican que aún hoy día, pasados dos años desde su puesta en libertad, no saben el motivo por el que se ha considerado que la muerte de este ser es inminente: “Nos han dicho que si queremos saber los motivos tenemos que contratar un abogado”.
La entrevista de Andrea ha sido completamente desgarradora, especialmente cuando la joven ha relatado lo que aún hoy sigue siendo un infierno, recordar lo que su propio abuelo le hizo cuando solo era una niña y las amenazas con las que la tenía amedrentada:
“Se me pasan por la cabeza situaciones terribles que no le deseo a nadie, él me tenía amenazada con que si yo decía algo se podría morir mi abuela porque le daría algo”.
Era la propia Andrea la que en un par de ocasiones consolaba a una madre destrozada que sigue sin poder comprender cómo su propio padre, el abuelo materno de la niña, le había hecho algo tan atroz a su pequeña:
“Siempre que mi padre cogía a mi hija para dormir la siesta con ella yo pensaba que él era como mi abuelo, jamás pensé que mi propio padre podría estar haciéndole eso a mi hija, al tesoro de mi casa (…) Si mi padre ha abusado de mí yo no lo recuerdo, pero sí recuerdo que mi abuelo siempre quería que yo me quedara en casa con ellos, que no me fuese con mi padre, así que ya no sé ni si pasaría algo (…) Me faltó una chispa, un segundo para buscarme la ruina”.
Y es que tal y como han explicado los padres de Andrea, ellos se enteraron de lo que estaba sucediendo a través de una prima que les citó en su casa: “Mi hija no quería contárnoslo a su padre y a mí porque sabía que nos íbamos a buscar la ruina, así que se lo contó a una prima suya y esta niña a su madre, fue ella la que nos lo contó en su casa un día que nos citó allí".