Una semana más, Carmen Posadas ha acudido hasta la nave del misterio para compartir con nosotros todo lo que nunca nos contaron sobre la princesa Anastasia Romanov. Una misteriosa joven que ha sido protagonista de leyendas, teorías e investigaciones, la cuarta hija de los zares de Rusia que murieron asesinados durante la revolución.
Tal y como ha explicado la escritora, la familia Romanov fue capturada tras la primera Guerra Mundial y llevada a un palacio en el que se les trataba con cierta deferencia pero que se convertiría en su tumba sin ellos saberlo. Tal y como explican los escritos de la época, en una noche cualquiera, los soldados llevaron a la familia hasta el sótano del palacio con la excusa de hacerles unas fotografías familiares, una vez allí, comenzaron los disparos indiscriminados hacia todos ellos. Los hombres de la familia murieron al instante pero los soldados se dieron cuenta estupefactos de que las mujeres seguían vivas: los corsés cargados de joyas que llevaban encima actuaron como chaleco antibalas, no tuvieron “más remedio” que rematarlas con sus bayonetas. Comenzaba aquí la leyenda de la princesa Anastasia.
Aunque se cree que la familia al completo fue enterrada en una mina tras rociarles con ácido sulfúrico, lo cierto es que dos años después apareció vagando en un canal de Berlín una joven con un tremendo parecido con la princesa Anastasia que aseguraba haber salido huyendo de Rusia. Se empezó a correr la voz de que Anastasia estaba viva y que no recordaba nada en absoluto de lo que había sucedido con ella y con su familia. Tras muchas investigaciones y pruebas de ADN en las que el Duque de Edimburgo tendría un papel fundamental, saldría a la luz que esta joven era realmente una chica polaca con graves problemas mentales.