Lo que nunca te contaron de los rituales de belleza: artilugios que rozaban la tortura para las mujeres

  • Carmen Posadas nos trae los secretos de los artilugios de belleza de siglos pasados que llegaban a provocar la muerte de muchas mujeres

  • Dentaduras postizas, corsés imposibles, pelucas interminables, sombreros pararrayos…

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Carmen Posadas ha regresado una semana más a la nave del misterio para ponerse al frente de su interesante sección: ‘Lo que no te contaron de…’. En esta ocasión, la escritora nos ha trasladado hasta el mundo de los antiguos rituales de belleza, esos que llegaban a parecerse más a una tortura por su dureza.

Carmen nos ha presentado varios artículos de belleza, especialmente dirigidos a las mujeres, que hoy en día nos parecen impensables pero que en aquellos siglos eran parte de la rutina diaria de muchísimas mujeres.

En el siglo XVIII uno de los complejos artilugios que las mujeres solían usar eran las castañetas, unas dentaduras creadas con dientes de muertos que usaban para cubrir sus bocas en las que ya faltaban bastantes piezas. También el corsé, la pieza que durante siglos ha apretado el cuerpo de las mujeres buscando que su cintura fuese lo más pequeña posible y provocando que sufrieran graves problemas digestivos e incluso mentales por la falta de aliento.

También, el sombrero pararrayos, un sombrero que llevaban las mujeres especialmente en París para no perecer por la caída de rayos en medio de las tormentas, algo que salió del todo como ellos esperaban… Hemos conocido también los chapines, unos incómodos zapatos de corcho que las mujeres acomodadas de la época usaban como parte de la moda del momento: “En origen es una moda que viene de las mujeres de los baños turcos para no chapotear en el suelo mojado, algunos llegaban a medir hasta 60 centímetros de altura”.