El ADN está compuesto de alrededor de 35.000 genes que influyen en la composición de cada individuo pero la ciencia ha demostrado que el ambiente y el comportamiento humano pueden determinar también el ADN. El doctor Tomás Camacho García ha revelado la importancia de la mente y el ambiente para alargar nuestra vida: “La capacidad de la influencia de la mente sobre el ADN es capital”.
La clave para alargar la vida y evitar el envejecimiento reside en los telómeros, los extremos del cromosoma que se acortan cada vez que se duplica una célula. Los individuos envejecemos por la disminución de estos extremos pero esto se puede modificar.
Para demostrar esta realidad se hizo un experimento a un grupo de madres de niños con discapacidad. Esas madres se sometían diariamente a un nivel de estrés extremo y cuando se comparaban con mujeres de la misma edad sin estrés se encontraban más envejecidas, para demostrarlo científicamente, se recurrió a analizar los telómeros. Y efectivamente, los telómeros eran más pequeños, pero, ¿por qué? El estrés es un factor clave en el acortamiento de los telómeros y por consiguiente, en el envejecimiento de los individuos. El estrés influye sobre los telómeros y esta es la razón por la cual tenemos dominio sobre ellos.
Las madres de niños con discapacidad, se sometieron a un tratamiento de yoga durante tres meses, doce minutos al día y los telómeros se alargaron. El estrés, por tanto, hay que tomárselo de dos formas, la primera como un desafío y una actitud positiva y la segunda como una amenaza, ya que se aumenta la adrenalina y el cortisol y estas hormonas son fundamentales para alterar el telómero y por tanto, envejecer antes.
El estrés es una de las causas principales pero la falta de sueño también disminuye los telómeros porque se altera la melatonina.
Lo único que podemos hacer es proteger los telómeros cambiando el ambiente, el estrés, la contaminación, el tabaco, la actitud y la empatía: “Una sonrisa es fundamental para los telómeros”, cuenta el doctor Camacho. El ritmo tan frenético de la vida moderna nos aleja de la eterna juventud pues contribuye más al envejecimiento.