Siempre se ha tenido la creencia de que la muerte neuronal no tiene reparos, es decir, cuando las neuronas mueren no hay vuelta de hoja y no se generan otras nuevas pero esto ha cambiado. Se ha descubierto que las personas adultas pueden producir nuevas neuronas. Esta afirmación ha generado polémica entre el mundo de la neurociencia porque algunos científicos corroboran estos datos y otros no. Sin embargo, hay un aspecto clave que explica este hecho, el ambiente y los hábitos de los individuos. Parece ser que del tipo de dieta y el estrés influyen positivamente en la creación de neuronas en una persona adulta. Ramón y Cajal adelantó hace algunos años una verdad a gritos: “El hombre es constructor de su cerebro”.
Además, las personas que practican la meditación o el yoga cambian los circuitos cerebrales y favorecen positivamente en la producción de las neuronas, pues el cerebro es muy plástica y posee la capacidad de transformarse según nuestros hábitos.
Se pensaba que el cerebro terminaba su maduración a los 7 años, pero estudios demuestran que las partes prefrontales del cerebro no maduran hasta los 24 años. Las emociones se alojan, precisamente, en el hemisferio derecho de la parte prefrontal y la función que posee es ser capaces de entender nuestras emociones. Algo que no sucede por completo hasta los 24 años. Si bien es cierto que en las mujeres maduran antes. Uno puede construir su cerebro en base a estímulos positivos y una buena actitud pues tenemos en nuestra mano de educar al cerebro.