Joaquín Ferrándiz Ventura es un asesino en serie de Castellón condenado por matar y violar a cinco mujeres. Salía de caza por la noche para encontrar a sus víctimas, violarlas y matarlas. Pasaron años hasta que se le detuvo, pero ¿Cómo se consiguió?
Fue considerado el primer asesino en serie de España y sembró el terror. Todo empezó con un atropello intencionado, hizo creer a su víctima que la iba a llevar al hospital pero la violó. En aquel momento fue detenido, pero luego fue puesto en libertad.
Otra de sus primeras víctimas fue Sonia que, tras acudir a una discoteca, buscó a unos amigos para que la llevaran a casa pero finalmente decidió regresar sola. Sospechan que conocía a Ferrándiz de vista y que habría subido voluntariamente a su coche.
Debió agredirla en el vehículo y luego la llevó a un lugar solitario para matarla. Su familia denunció su desaparición inmediatamente, pero su cuerpo no apareció hasta cuatro meses después.
Durante este tiempo, Ferrándiz cometió otros tres crímenes estrangulando a tres mujeres. Durante ese tiempo, se buscaron a varios sospechosos y los investigadores llegaron a Claudio Alba.
El acusado defendió que conocía a las mujeres pero que no les hizo nada y, finalmente, se demostró cuando apareció el cuerpo de otra mujer mientras él estaba en prisión.
Tras un periodo de enfriamiento, Joaquín Ferrándiz intentó cazar a otra mujer, pero en esta ocasión la mujer logró escapar. Era tal la desesperación en Castellón que, escuchando los gritos de una mujer, un hombre salió a la calle para defenderla. En ese momento, esa mujer huyó y su testimonio fue crucial para estrechar el círculo en torno a Ferrándiz.
La unidad del FBI ayudó a la guardia civil, marcando en el mapa los lugares en los que aparecieron los cuerpos de las mujeres, trazaron un círculo y determinaron que el asesino vivía justo en el centro, como así resultó ser.
Se diseñó un operativo en el que participaron hasta 70 guardias civiles para seguirle día y noche. De madrugada tras una fiesta, le vieron con un comportamiento extraña asomándose entre dos coches y pronto se dieron cuenta de que habían pinchado las ruedas del coche a una chica que luego tuvo un accidente y a la que llevó a un hospital.
La guardia civil pidió autorización para detenerle y, tras un largo registro, encontraron la polémica cinta, esa que apareció en el cuerpo de su primera víctima y que no se comercializaba.
Tras cumplir una condena de 25 años, 'Código 10' le esperaba a las puertas de la prisión de Herrera de la Mancha y aseguraba que no regresaría a Castellón: "Me voy. Ahí no volveré nunca, por respeto a las víctimas. Me voy al extranjero para no molestar a nadie y rehacer mi vida". Eso sí, no decía a dónde se dirigía, solo que se marchaba "fuera de España".
Tras montarse en el coche comenzaba su primer día en libertad. Su primera parada, Valdepeñas. Joaquín habría estado varias veces aquí ayudado por una congregación religiosa. Una fe que habría desarrollado en sus 25 años de condena.