La colaboración ciudadana fue clave en este caso. Un hombre murió tras ser asfixiado con una mordaza ante el asalto de unos ladrones que buscaban el dinero que guardaba en una caja fuerte. El asalto se produjo en el garaje en el que día a día cuidaba a sus pájaros.
Ángel, la víctima, era muy aficionado a las aves y tenía un garaje lleno de jaulas donde los cuidaba a diario. En su día tuvo negocios de compraventa de coches, tenía una buena situación económica que habría mejorado aún más con una herencia.
De alguna manera, habría comentado con su entorno que tenía mucho dinero en casa en una caja fuerte y a finales de enero de 2017, Paulino habría recibido esta información. Junto con su hermano Ricardo, acudieron a un amigo, Juan Carlos, diciendo que les habían pedido unas reparaciones en unas casas.
Sabían que esta persona iba al local a diario, llamaron con la excusa de que querían alquilar algo y, al poco tiempo, Ángel llegó. El hombre se habría resistido pero ellos lo maniataron y lo amordazaron, le colocaron una cinta en la cabeza y le pusieron una bolsa sobre la cabeza. Finalmente, Ángel falleció por asfixia.
Tras esto, entraron en su casa, donde maniataron a su mujer y la amenazaron para abrir la caja fuerte, que finalmente abrieron. Se llevaron su contenido y otros objetos de valor como joyas, pero no se hicieron con el botín que esperaban.
La dejaron atada, pero ella se pudo desatar y pedir auxilio a una vecina, a pesar de que sus asaltantes le dijeron que ellos mismos alertarían a la policía.
Regresaron con su botín al país vasco mientras la policía daba palos de ciego pero una llamada a la Cruz Roja lo cambió todo. Paulino no recibió noticias de un asalto, pensó que se habían quedado sin poder desatarse y decidió hacer una llamada a la Cruz Roja para que alertara a la policía de Santander: "Hay una persona que está en su casa maniatada y quiero dar las señas, no quiero llamar a la policía, llame usted (...) Llevará atada desde ayer por la mañana", decía.
La policía acudió aunque ya les habían encontrado porque la mujer pudo escapar y, tras su petición de auxilio, la policía encontró el cuerpo de Ángel.
Las autoridades no daban con la autoría del suceso, así que finalmente decidieron hacer pública la llamada y la respuesta fue inmediata. Carlos Segarra, presente en el plató de 'Código 10', dirigió la investigación y nos contaba que la tercera llamada que recibió aquella mañana ya identificaba al autor de los hechos.