'Código 10' ha recordado la historia de Ramón Laso, un asesino en serie. La madrugada del 9 de julio de 1988 apareció decapitado el cuerpo de una mujer, Dolores Camacho, en las vías del tren. La muerte se consideró un suicidio hasta que un cazador declaró haber visto un coche con dos hombres cerca del lugar del crimen. Fue entonces cuando los investigadores se plantearon la posibilidad de encontrarse ante un suicidio simulado.
Se trataba de la esposa de Ramón Laso. Tras las investigaciones, descubrieron que, en efecto, no se trataba de un suicidio, si no de un homicidio. Pero aquello no quedó ahí. Tras la muerte de la madre, el cuidado de los niños cayó en manos de los abuelos.
Nueve meses después de la muerte de Dolores, Ramón decidió pasar un día de ocio con su hijo de tan solo 6 años de edad. El coche en el que viajan se sale casualmente de la carretera, cae por un terraplén y se incendia. Su hijo muere carbonizado, mientras él se salva sin lesiones evidentes del falso accidente.
Los policías que llevaron a cabo la investigación y que se encargaron de su interrogatorio, lo recuerdan como una persona absolutamente fría: "Él estaba simplemente presente, como si aquello no fuera con él, sin ninguna clase de remordimiento ni nerviosismo. Nada que pudiera indicar que tenía algún tipo de sentimiento".