‘Volando voy’ vuelve a Cantabria y en esta ocasión lo hace a los Valles Pasiegos, una región conocida por sus pastos y su tradición ganadera. Jesús Calleja y su gran equipo, han llegado por tierra y por aire para ayudar a los vecinos de los Valles a mejorar sus telecomunicaciones y conectar el pasado y el futuro para que todo vaya mejor.
En plena pandemia mundial de coronavirus y con todas las medidas de seguridad y prevención necesarias, el equipo de ‘Volando voy’ pidió ayuda en las redes sociales y en la web de Cuatro, necesitábamos ideas para acercar la vida actual de los pueblos y con la repentina implantación del teletrabajo, Johanna y Eduardo, dos jóvenes emprendedores, nos dieron una idea maravillosa que tenía que hacerse realidad. Montar un coworking en los Valles Pasiegos.
Dotando a la zona de la tecnología necesario, en este caso llevando 1.000 Megabytes de fibra óptica, y con las instalaciones adecuadas, una vieja y abandonada biblioteca de Alceda (Corvera de Toranzo, Cantabria), los jóvenes de la zona y los nuevos vecinos que quisieran cambiar las ciudades por las zonas rurales podrían trabajar juntos. Las tecnologías nos han separado, pero también nos pueden volver a unir y dar la posibilidad de trabajando juntos compartir ideas, fusionar negocios y compartir experiencias.
Una vez más, Jesús le ha echado mucha cara y no ha dudado en pedir todo lo que fuera necesario, y ha vuelto a flipar con la capacidad de cooperación de los vecinos. En especial, con el trabajo de Nacho, carpintero del Grupo Benjamín en Santibáñez de Carriedo, Villacarriedo. Un joven de la zona que decidió cambiar las comodidades de un polígono industrial por los paisajes de la tierra que le vio nacer y que se dio cuenta de lo importante de la vida tras sufrir un accidente. Nacho es un apasionado del mundo del motor y ha emocionado a Jesús con su dura historia. Junto a su gran amigo Cristian comenzó en el mundo de las competiciones como un hobbie, pero pronto entraron en las primeras categorías y a acumular triunfos. Sin embargo, su gran pasión se truncó con un accidente que acabó con la vida de su mejor amigo y a él le dejó un tiempo en coma. Jesús Calleja ha descubierto en los ojos de Nacho, la bondad de un hombre que a pesar de haber vivido momentos muy duros, no deja de sonreír y de aceptar lo que la vida le tiene preparado con una sonrisa.
Calleja tenía una fabulosa idea, un lugar, los medios, la colaboración de los vecinos y también ha contado con la ayuda de un experto en la materia. Sergio Álvarez-Teleña, Experto IA y emprendedor TIC, ha sido el encargado de echar un cable a Calleja los detalles que necesitaba el coworking para ser el sitio perfecto, porque no nos ha engañado y nos ha confesado que en esto de marketing digital también hay mucho postureo. “Tiene que ser un lugar con mucha luz, muy cómodo y con muchos lugares diferentes dónde puedas sentarte a trabajar… tiene que ser chulo, hay mucho postureo en lo del marketing digital también”. En España hay unos 1.500 coworking entre urbanos y rurales.
Una vez más Jesús Calleja ha flipado con la colaboración de los vecinos y ha vivido en primera persona el sentimiento de comunidad del que le había hablado María. Unos han pintado, otros han limpiado libros, han acuchillado el suelo, Nacho ha llevado unos muebles fantásticos… Todos han conseguido un espacio maravilloso para trabajar, conocerse y compartir ideas: “Combinar tecnología con talento y hacerlo en un pueblo, me parece bestial”.