Las barcas están listas, los participantes y vecinos disfrazados como en la época y el río Guadiana que separa estos pueblos entre España y Portugal, es el testigo de esta competición. La primera barca que cruce al otro lado, recoja la mercancía y vuelva, gana. Todo esto más dos inconvenientes vestidos de Guardia Civil que intentarán entorpecer esta regata medieval.
Tres, dos, uno, comienza la carrera. Jesús Calleja, altavoz en mano, locuta el minuto a minuto de esta peculiar regata de contrabandistas. Las barcas construidas por ellos mismos, no son muy estables y avanzan con lentitud, cada una decorada de manera original recorren el ancho del río para hacerse con la victoria. Desde la orilla, Alonso, el representante del padre Pío y Antonia, excontrabandista, visualizan la carrera con atención.
Los Guardias Civiles consiguen interceptar varias regatas e impedir el intercambio de mercancías, algunos incluso se defienden con los remos para que no se acerquen y conseguir escapar de ellos. Tanto es así, que uno de ellos termina por la borda dándose un buen baño en el río Guadiana por saltarse las normas. Hay que tener en cuenta que esta regata de contrabandistas tiene sus normas y estos ficticios Guardias Civiles, no pueden requisar el material si ya se encuentran las barcas en aguas españolas.
Finalmente, la barca más especial de la regata decorada con el logo de 'Volando voy', consigue la victoria y llega con parte del botín, ya que uno de los guardias le ha requisado algo de café por el camino.