Ori and the Will of the Wisps: Análisis
Llega la secuela de la mágica aventura de Moon Studios
Metroidvania, juego de plataformas, obra de arte...
Hay juegos que consiguen tocarte el corazón con tan solo 5 minutos de partida y es algo que vivimos con Ori and the Blind Forest hace cinco años, cuando la aventura de Moon Studios debutó en Xbox. Además de su excelente apartado artístico, su extraordinaria jugabilidad y la profundidad de su propuesta metroidvania, el juego tocaba la fibra y era capaz de generar un increíble cúmulo de sensaciones sin palabras, tan solo con unos personajes extraordinarios, su ritmo y su música y una narrativa a la altura de cualquier producción de animación de Studios Ghibli.
Ahora, por fin, llega la secuela de este juego que, aunque parezca increíble, apareció sin demasiado ruido en la plataforma de Microsoft y solo el tiempo le ha colocado donde se merecía, entre lo mejores juegos de plataforma de los últimos años. Ori and the Will of the Wisps es más grande (unas tres veces más), más bonito, más ambicioso, pero, al final, igual de sobrecogedor. La sensación, si disfrutaste la anterior aventura, es que volvemos a estar en casa pero son muchos los cambios que trae la secuela.
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En busca de Ku
Los primeros minutos de esta nueva aventura hicieron que se nos escapara, otra vez, una lagrimilla. Y es que vemos a Ori y a su peculiar ‘familia’ viviendo en el bosque alegremente tras los sucesos de Blind Forest. En aquel momento asistimos al nacimiento de Ku, una buhita que nació con un ala rota, pero que ha crecido junto a estos seres mágicos que la cuidan e intentan enseñarla a volar, sin éxito. Al final Ori buscará la forma de arreglar esa ala y conseguir que Ku cumpla su sueño de surcar los cielos.
Este es un momento extraordinariamente bello, cuando Ori consigue volar entre las nubes subido sobre Ku pero, como no podía ser de otra forma, una violenta tormenta destruye el idílico momento, hace que la pluma que ’arreglaba’ el ala de Ku se desprenda, y ambos amigos caerán en un terreno inexplorado y separados por varios kilómetros. A partir de aquí, el primer objetivo de Ori es buscar a su amiga como sea.
Para ello, volveremos a movernos por un intrincado y laberíntico mapa de cuevas, túneles, recodos y zonas pantanosas. Las plataformas, la exploración y los puzles vuelven a ser el punto central de este metroidvania donde, como ocurría en el juego original, el mapa esconde muchos lugares donde no podremos acceder en un primer momento, ya que necesitaremos de ciertas habilidades para poder acceder. Esto hace que tengamos que volver, una y otra vez, a lugares antes recorridos, para encontrar nuevos caminos. Y esto tiene una importancia mucho más acusada en esta ocasión, ya que en el primer título apenas servía para descubrir algún secreto, pero ahora es vital para seguir en la aventura.
Habilidades para el combate
Además, un elemento que difiere y mucho del juego anterior es la profundidad e importancia de los combates. Es cierto que en Blind Forest nos teníamos que ver las caras con algunos enemigos y Ori tenía ciertas habilidades para atacarlos y deshacerse de ellos, pero este elemento tenía mucho menos peso que los puzles o las plataformas. Ahora esto ha cambiado radicalmente. El combate es vital, constante y está lleno de opciones diferentes, ya que la variedad y tamaño de los enemigos a los que tendremos que enfrentarnos es también exponencialmente mayor que el primer juego.
Así enseguida comenzamos a equiparnos con las habilidades ofensivas que harán que Ori sea más temible: el filo espiritual (una especie de lanza de luz), el arco espiritual, el choque espiritual (un golpe poderoso pero que requiere de más tiempo para lanzarlo), etc. Podremos armar estas habilidades y asignarlas a los botones del mando a nuestro gusto, y tendremos que elegir, porque enseguida tendremos más habilidades que botones por lo que seleccionar cuáles llevamos equipadas es vital a cada momento. Lo bueno, es que podemos cambiarlas siempre que queramos y adaptarnos a la zona en la que estamos jugando.
Además, también podremos ir adquiriendo una serie de Fragmentos Espirituales (estos hay que comprarlos a distintos personajes amables del juego), que son habilidades pasivas para Ori que, aquí también, tendremos que elegir para equipar en tres ranuras. Estas habilidades son de todo tipo y aportan a Ori poderes extra, desde pegarse a las paredes, a mejorar su nivel de daño, pasando por un imán para recoger de manera automática los orbes de salud, energía y demás. Hay una gran cantidad de fragmentos para elegir y equipar y muchos de ellos son vitales para acceder a las siguientes zonas.
Se trata de un árbol de habilidades mucho menos lineal del que había en la primera entrega, de hecho, yo no lo llamaría árbol sino inventario de habilidades. Siempre pueden cambiarse y combinarse, incluso en mitad de un combate, lo que multiplica las posibilidades. Y todo con la gracilidad de movimientos a la que ya nos tenía acostumbrado Blind Forest. Ahora, incluso, esos movimientos se sienten más fluidos y más precisos y hacen de la experiencia de juego algo increíblemente orgánico. Todo se mueve y todas las habilidades brillan y estallan en su momento justo para hacerte superar una serie de plataformas especialmente exigentes. Y es que, aunque sigamos en una dinámica de plataformas 2D, Will of the Wisps es un juego diseñado totalmente en 3D, lo que hace que todo sea más fluido, más impresionante, sin bajar en ningún momento de los 60 frames por segundo.
En cuanto a los combates, además de una gran cantidad de enemigos de todo tipo, cada cierto tiempo nos enfrentaremos a una serie de enemigos finales, generalmente más grandes y más fieros que los enemigos comunes. Este es un momento ideal para probar las habilidades para el combate y para saltar y esquivar de una manera óptima. En general, los enormes e intrincados mapas de Will of the Wisps están más vivos y más llenos de personajes que el juego anterior. Y todos ellos tienen mucho que ofrecernos o son una gran amenaza para nosotros.
Un metroidvania ‘triple A’
Además de los objetivos principales de la historia, que nos harán avanzar en el argumento general del juego, hablar con muchos de los personajes repartidos por el mapa nos abrirá un mundo de misiones secundarias y giros argumentales. Realizar pequeños encargos para estos personajes nos harán explorar mucho más allá el mundo del juego y nos proporcionará un sinfín de recompensas. Esto hace que las horas en el juego se multipliquen y, además, lo hace de una manera muy natural, ya que se trata de misiones muy lógicas e interesantes, con sus propias narrativas, que no parecen un añadido sin más desconectado de la historia principal del juego.
Estamos ante una producción mastodóntica, que multiplica por tres o por cuatro todo lo bueno que tenía el juego original, y que ha solucionado todos aquellos puntos que no gustaron a la comunidad en el primer juego. Se trata de una propuesta Metroidvania con mayúsculas, que añade tantas opciones, habilidades, movimientos, armas, etc. que se nos quedan cortos los calificativos para describirlo. Sin duda, estamos ante una producción triple A, pero que mantiene el espíritu independiente que le otorgan su estudio de desarrollo y el propio género del juego. Es tan único y tan bueno, que estamos seguros que, ahora sí, y por derecho propio, Ori se va a convertir en un emblema de Xbox, como lo es el Jefe Maestro de Halo.
Y todo con un apartado de diseño artístico que vuelve a enamorarnos desde la primera escena, con un diseño de niveles espectacular, con personajes, enemigos y entornos de ensueño que son parte fundamental de la magia que destila el juego. Si te gusta el género metroidvania, o disfrutas de los buenos plataformas, tienes que disfrutar de esta experiencia que, además, cuenta con tres modos de dificultad para adaptarse a todos los tipos de jugador. Un juego tan especial y con un resultado tan artístico que, seguro, va a copar los streaming de medio mundo en las próximas semanas.
En conclusión, la nueva a ventura de Moon Studios mejora en mucho la propuesta original y aquella ya estaba considerada como uno de los mejores títulos del género. El título estará disponible para Xbox One y PC a partir de mañana, 11 de marzo.