Siempre es un gustazo analizar nuevos proyectos surgidos en estudios de nuestro país y, al contrario de lo que se suele decir, creo que la prensa española juzga con buen criterio los títulos creados aquí, y pone pegas y reparte palos cuando toca, pero eso no quita que no nos haga ilusión que nuestra industria crezca. Y los últimos años nos estamos llevando muchas alegrías.
Hoy se lanza al mercado Naught (ya está disponible en PlayStation 4, Nintendo Switch y PC a través de Steam), un original videojuego de plataformas 2D desarrollado por el estudio valenciano Wildsphere y apoyado por el programa de PlayStation Talents Alianzas. El título llama la atención por su original diseño pero, sobre todo, por su mecánica: aquí no manejamos al personaje, sino que movemos el escenario para hacer que este avance y supere las plataformas.
Una versión de este Naught, con el subtítulo de Reawakening, llegó a ver la luz para dispositivos móviles en el año 2015, de la mano del editor sevillano Genera Games, pero el juego ante el que nos encontramos ahora es la evolución de aquel, con muchas mejoras, más acabado, con un nuevo y mejorado estilo artístico y, lo que es más importante, con más niveles y horas de diversión.
Un gato de ultratumba
Nada más comenzar a jugar a Naught tendremos que desaprender todo lo que sabemos de los juegos de plataformas y comenzar de cero para ser capaces de movernos en este original juego. No hay una introducción o una cinemática, pero si tenemos un cómic que nos narra la historia de Naught y que, nada más comenzar, solo tiene disponible un par de páginas. En ellas, vemos cómo una triste muchacha entierra a su gato muerto a la sombra de un árbol medio seco. El cuerpo del gato descansa bajo el suelo pero la tierra se lo traga hacia las raíces del árbol y allí, el gato recobra la vida (o algo similar ya que sus ojos brillan con una extraña luz).
No vamos a revelaros más spoilers de la historia, pero solo os diremos que para conocerla en su totalidad deberéis desbloquear más páginas del cómic y para ello hay que superar algunos niveles concretos del juego u obtener un número total de gemas repartidas por los niveles. Solo así, iréis reconstruyendo el cómic y conociendo toda la historia del juego.
Mueve al protagonista girando el escenario
Pero mientras, no metemos en harina. Naught, que así se llama el gato, tendrá que comenzar a moverse por túneles subterráneos, entre las raíces de los árboles y una extraña oscuridad que parece querer acabar con todo. Pero enseguida nos damos cuenta de que cuando movemos el stick izquierdo no movemos a nuestro gato sino que estaos inclinando todo el mapa hacia un lado o hacia el otro. Y es que esta es la principal mecánica del juego, mover a Naught a base de tirar de él con la ley de la gravedad. Así, podemos hacer que se mueva despacio, que corra, que se deslice o que salte de una pared a otra. Eso sí, ten cuidado porque todo ocurre en tiempo real, es decir con una velocidad de aceleración de 9,807 metros por segundo al cuadrado. Y eso a veces hace que el pobre Naught se estampe contra elementos que acaban con él.
Podemos girar el escenario hasta 360º en ambas direcciones y podemos hacerlo con el stick izquierdo, pero también con los gatillo L1 y R1 o, si lo preferimos, con los botones L2 y R2. Utilizar los botones en lugar del stick nos hace ganar en precisión, y a veces la necesitaremos. En ocasiones es mejor que Naught de pasitos cortos a que se lance pared abajo en una caída vertical. Además de este control podemos hacer que Naugh pegue un pequeño salto pulsando X y, por último, podemos hacer que el escenario gire de inmediato 180 grados pulsando triángulo. Este botón será muy útil en muchas ocasiones.
Con estos tres controles tendremos que ser capaces de guiar a Naught a través de escenarios de todo tipo: túneles, cavidades enormes, cuervas, giros, salientes, caídas, plataformas giratorias, etc. Y todo ello esquivando cientos de trampas (pinchos, superficies ardientes, plantas devoradoras, superficies que desaparecen…) y enemigos de todo pelo que no dudarán en aniquilarnos.
Ensayo y error
En cada uno de los 40 niveles de los que consta el juego, tendremos que conseguir llevar a Naught al final del nivel para desbloquear el siguiente. Pero en el camino podemos recoger las tres gemas que se ocultan y que nos hará completar el nivel con mejor nota. Si conseguimos terminarlo con las tres gemas en el bolsillo, será todo un logro y las gemas acumuladas nos ayudarán a desbloquear extras (como las páginas blancas del cómic de Naught). Si superamos el juego sin todas las gemas, siempre podemos volver a intentarlo para hacernos con todas.
Hay otro tipo de recurso repartido por los niveles que nos merece la pena recolectar. Se trata de los fragmentos de luz, que reconocerás por su tono azul (que contrasta con el blanco y negro general). Al recogerlo rellenamos un medidor de vida que nos permitirá revivir en un punto de control de mitad del nivel a cambio de un puñado de fragmentos de luz. Hay niveles muy largos y complejos y algunos cuentan con hasta dos y tres puntos de control que se activan al alcanzarlos, pero a los que solo podremos volver si tenemos suficientes fragmentos de luz. Si morimos una vez más y no nos quedan fragmentos, se reinicia el nivel y partimos de la casilla de salida.
Las plataformas se van complicando, los enemigos cada vez son más numerosos y mas molestos y la gestión de la velocidad, precisión y giros bruscos será cada vez más exigente. Es un título que enseguida, una vez que nos ha dado dos o tres niveles para aprender, se pone exigente, muy exigente. Lo cual es fabuloso porque es un reto nuevo en cada nivel. Puede resultar un poco frustrante (sobre todo algún nivel en concreto) pero como el reinicio es muy rápido y el juego es tan adictivo, volverás una y otra vez al nivel hasta que lo hayas superado. No podrás dejarlo estar.
Junto a Naught viajará una especie de ojo flotante que nos va guiando hacia el sentido correcto del nivel (algunos son tan laberínticos y los hemos girado tantas veces que no sabremos hacia donde tenemos que llevar a Naught). Además, este ojo nos llama la atención sobre la ubicación de los recursos y los secretos de cada nivel, las gemas, los fragmentos de luz y las secciones ocultas (y es que hay muchas estancias y pasillos ocultos que se nos pueden pasar de largo). Por si fuera poco, hay secciones d algunos niveles en los que encarnaremos a este pequeño ojo para meternos por conductos muy estrechos, y aquí el juego se volverá un laberinto en el que tenemos que hacer rodar la bola hacia la salida inclinando el propio laberinto, como los juguetes de laberintos y bolas de metal de toda la vida.
Carne de speedrunners
Naught es extrañamente adictivo y muchos de sus niveles van a requerir jugarlos, re-jugarlos, pensarlos y repensarlos 30 veces y morir una y otra vez hasta ser capaz de llegar al final. Sobre todo, porque no vemos la totalidad del nivel hasta que lo vamos descubriendo y muchas veces nos dejamos caer o nos deslizamos a una muerte segura sin saberlo. Así, es necesario aprender todas sus secciones después de haber muerto unas cuantas veces para afinar la estrategia de todo el nivel y ser capaz de superarlo.
Pero claro, luego está el modo contrarreloj. Un modo que está pensado para los fanáticos de completar los niveles en el menor tiempo posible. Ya hay competiciones de esto y este juego (con este modo incluido) apunta a encandilar a los speedrunners (así se llama a estos jugadores).
Y si en lugar de ser un speedrunner tú lo que eres es un ‘completista’, pues el juego tiene la posibilidad de que juegues los niveles una y otra vez para recoger todas las gemas, todos los fragmentos de luz y todos los secretos escondidos (que hay muchos).
En definitiva…
Naught nos ha gustado. Cuenta con una jugabilidad tan propia y original y que además funciona, que ha conseguido engancharnos para no parar hasta desbloquear todos los niveles del juego (ahora nos falta recoger todos los secretos, que eso se nos ha quedado en el tintero). Y además lo hace con un apartado artístico muy peculiar y que resulta impactante.
El juego es capaz de contar una historia muy emocionante y lo hace con metáforas y provocando emociones con sus colores (o falta de ellos) y sus efectos artísticos. Estamos ante un pequeño título que apenas cuesta 20 euros y por ese precio ofrece un montón de horas de juego, de probar y probar hasta conseguir superar esos niveles que se te atascan (y no veas el subidón cuando lo consigues). Una mecánica distinta en un plataformas 2D con mucha personalidad propia. Y hecho en Valencia.