Willy Jetman Astromonkey’s Revenge: el gusto por lo clásico
Un delicioso homenaje a los clásicos de 8 bits del estudio barcelonés Last Chicken Games
Una aventura espacial cargada de retos y un humor muy ácido
Los juegos de estética retro, pero no solo estética sino también mecánicas y estilo ochentero y noventero, siguen de moda, sobre todo en la escena indie. En este contexto llega Willy Jetman: La venganza de Astromonkey, el proyecto de cinco años de un pequeño estudio de Barcelona compuesto por cinco amantes de los juegos de 8 y 16 bits. Un extenso, profundo y divertido juego de la vieja escuela protagonizado por un chatarrero espacial con ‘pocas luces’ y una inteligencia artificial con mucha mala leche.
Los cuatro hermanos Menossi se pasaron la infancia peleándose por hacerse con el control del mando de su MSX, o de cualquiera de los ordenadores o consolas que llegaron a su casa después. Así, adorando los videojuegos y creciendo con ellos, siempre han estado soñando con desarrollar un videojuego y muchas veces han estado a punto de hacerlo, con ideas y proyectos que nunca llegaban a su fin. Pero hace dos años, dos de ellos, Carlos y Javier, decidieron que ya era el momento de pasar de los deseos a los hechos y aquí surgió el germen de Willy Jetman.
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Al final, los cuatro hermanos Menossi (Carlos en el diseño, Javier en la programación, Hernán en el guion y Emilio con la música), junto a Rubén Pinadero, un amigo de la infancia, han conseguido culminar este ambicioso proyecto. Los cinco son los miembros de Last Chicken Games, un pequeño estudio indie ubicado en Barcelona, que ha conseguido lanzar una de las primeras grandes sorpresas de la escena indie española de este 2020. Un juego que edita BadLand Publishing y que acaba de llegar a PC, PS4 y Nintendo Switch y que ofrece un buen número de horas cargadas de jugabilidad clásica y muchos desafíos.
Recogiendo chatarra en el espacio
Willy es un barrendero que siempre ha soñado con viajar a las estrellas, un sueño imposible que se vuelve realidad cuando decide aceptar el encargo de una empresa de recogida de residuos espaciales, Artrocorps, para cuyo puesto laboral no se requiere experiencia ni actitud alguna. ¡Un puesto ideal para Willy! Así, sin comerlo ni beberlo, nuestro héroe se ve inmerso en un viaje interestelar hasta el planeta Gravos, donde tendrá que recoger toda la basura generada por el accidente de una misión previa, comandada por un misterioso primate, también de dudosas aptitudes profesionales.
Así Willy se convierte en nuestro héroe, Willy Jetman, enfundado en su traje de astronauta y equipado con un útil ‘jetpack’ que le permite vencer la fuerza de gravedad del planeta, en vuelos de corta duración. Esta primera mecánica de juego nos lleva a recordar míticos títulos clásicos como el mítico Jetpack, de Rare, o el Solar Jetman de Zippo Games. Pero los chicos de Last Chicken Games nos aseguran que el juego cuenta con otras referencias de juegos de aquella época, sobre todo del ‘Hero’ de Activision de 1984 y, en un último momento de su desarrollo, de un juego un par de décadas más moderno, el Cave Story de Pixel.
Con su jetpack a la espalda, Willy debe explorar el planeta Gravos para recoger las piezas de chatarra para reciclar y colocarlas en distintos puntos de reciclaje diseminados por el mapeado. Pero claro, esto no va ser coser y cantar, ya que el planeta está plagado por criaturas que no van a hacernos la tarea sencilla. Para enfrentarnos a ellas, contamos con un arsenal de armas, que podremos ir ampliando y mejorando a medida que avanzamos en la aventura, gracias unos simpáticos catálogos de venta que desbloquearán nuevas armas en las tiendas repartidas por el juego. El título tiene un ligero pero interesante componente RPG, ya que podemos incrementar el nivel de las armas, del jetpack y del propio Willy a través de una moneda del juego que obtendremos recogiendo recursos (bichos y minerales presentes en el juego).
En Gravos hay ‘mono encerrado’
A medida que vayamos avanzando en el juego iremos descubriendo nuevos mapas, cada vez más grandes, intrincados y con nuevos diseños y criaturas. Es interesante apuntar que se trata de un mundo semi-abierto y no lineal, que nos permite explorar a nuestro antojo y volver hacia atrás o avanzar a nuestro ritmo. Esto permite que vayamos a los objetivos que mejor nos convenga en cada momento, o que volvamos a posiciones anteriores con nuevas mejoras, lo que hará que podamos superar retos que en un principio nos parecían muy complicados. También es conveniente volver sobre nuestros pasos para descubrir lugares ocultos o para volver a recoger recursos. Recolectar muchos recursos y hacer mucho dinero, es el camino rápido a mejores armas y habilidades, lo que es crucial para avanzar en el juego.
El título cuenta con la dificultad propia de aquellos juegos arcade de los 80 y 90, por lo que supone un reto que va ganando en intensidad, con especial dificultad concentrada en algunos enemigos finales. Pero, como estábamos acostumbrados en este tipo de juegos, estudiar los patrones de movimiento de estos enemigos, probar a combinar con diferentes armas, intentar estar mejor equipados y probar soluciones alternativas tras varios intentos de ‘prueba y error’, harán que superemos la fase sin demasiada frustración.
Así, el juego va ganando en complejidad y va añadiendo nuevas mecánicas que resultan de lo más atractivo. Todo contándonos una historia cargada de humor ácido y desternillante. Entre las puyas que Gladis, la inteligencia artificial de nuestra nave, le mete a Willy y sus estúpidas respuestas, iremos descubriendo que algo raro pasa en este planeta Gravos. Así, este divertido título nos puede llevar a superar las 10 horas de duración para completarlo un a vez, pero hay que decir que es un título muy rejugable. Además, si te gustan los retos, hay una recompensa muy especial para todo aquel que lo supere en menos de tres horas. O así lo prometen sus desarrolladores.
Todo ello con un diseño pixel-art muy cuidado y una gran variedad de entornos y enemigos y una banda sonora ‘old school’ que le siente pero que muy bien. Toda una oda a una época dorada de los videojuegos que hará que se te salte una lagrimilla si eres de esos jugadores nostálgicos con unas cuantas décadas a tus espaldas. Pero si eres un jugador jovenzuelo, Willy Jetman también puede ser un videojuego perfecto para ti, si te gustan los retos. Además, la versión de Switch es una auténtica delicia y destaca sobre otros muchos juegos indies del catálogo de la store de Nintendo.
Si Willy Jetman: La venganza de Astromonkey es un éxito, los chicos de Last Chicken Games prometen plantearse una posible secuela, aunque ya están pensando en su nuevo proyecto.