Hace más o menos un año que los aficionados a los shooters noventeros se llevaron una grata sorpresa con este Ion Fury para PC. Se trataba de un FPS clásico, inspirado en los grandes del género de los años 90, como Duke Nukem 3D o Doom, con su misma jugabilidad y aspecto gráfico pixelado, y venía de la mano de conocidos modders del motor BUILD (el mismo de Duke Nukem) y con el sello de 3D Realms. Además, el título alcanzó cierta relevancia gracias a una polémica con respecto a su nombre: en un principio se iba a llamar Ion Maiden pero, a cierta banda de heavy metal no le pareció demasiado bien y finalmente se lanzó con el título de Ion Fury.
Ahora el juego llega a las videoconsolas (PS4 y Nintendo Switch). Nosotros hemos tenido ocasión de completarlo en su versión de Nintendo Switch con un código digital, pero también llega a nuestro país con unas fabulosas ediciones físicas de la mano de Meridiem Games.
Por supuesto, los jugadores modernos de FPS puede que no comprendan o valoren suficientemente su aspecto clásico y retro, pero para los amantes de Duke Nukem este juego está considerado su sucesor espiritual. Aquí los enemigos y fondos están diseñados en 2D, los mapas son un auténtico laberinto cargado de trampas y no hay rastro de modo multijugador alguno. Pero eso sí, hay cuatro modos de dificultad que van desde la dificultad clásica estándar de este tipo de juegos (que ya era más difícil que la actual) al modo absolutamente imposible. Una delicia para los fans.
El juego está protagonizado por una ruda heroína, Shelly “Bombshell” Harrison, a la que ya conocimos en otro juego del género de 2016 que llevaba ese nombre, Bombshell. Sus comentarios sarcásticos y deslenguados nos recuerdan al bueno de Nukem, aunque es cierto que no alcanza el mismo carisma. Aun así, nos encariñamos de ella y de su capacidad para manejar todo tipo de armas para destrozar enemigos a su paso. En cuanto a la historia del juego, no tiene demasiada importancia como suele ocurrir en este género, pero está bien que sepas que Shelly es la última esperanza de la ciudad de Neo DC, tomada por las hordas de la secta cibernética del malvado transhumano Dr. Jadus Heskel. Vamos, que somos los buenos.
Con las limitaciones, pero a la vez, su profundo conocimiento del motor BUILD, los desarrolladores consiguen unos mapas cargados de personalidad, que nos muestran diferentes escenarios de la ciudad futurista, cargada de neones y un estilo cyberpunk realmente admirable. Pasa lo mismo con los enemigos, que presentan una variedad admirable, un buen puñado de diseños interesantes y sobre todo, una sorprendente IA que seguro no existía en los noventa. Aunque todos ellos están diseñados en una lámina en 2D que se acerca a nosotros con intenciones hostiles, nos sorprenden con algunas animaciones muy conseguidas: como cuando los conseguimos hacer arder por completo con nuestras balas incendiarias hasta que quedan reducidos a un bulto humeante o cuando retroceden un par de metros ante el impacto de las balas de nuestra recortada.
Hay que agradecer que el título incluye algunas licenciar ‘modernas’, como los puntos de autoguardado a lo largo de cada nivel (también podemos guardar la partida en cualquier momento de forma manual) y los disparos en la cabeza (mucho más efectivos y cargados de recompensas), pero en general el espíritu es de los FPS clásicos que más recordamos y los movimientos y apuntado del personaje siempre nos recuerda a aquella maravillosa época. Aquí lo importante es tener puntería, saber gestionar las armas, la munición, la salud y la armadura y después la estrategia corre del lado de cada uno: puedes correr y disparar a lo loco, o tomarte las cosas con más clama buscando coberturas y apuntando con cuidado antes de doblar cada esquina.
Como todo juego de este estilo, cuenta con algo de ‘plataformeo’ (puedes alcanzar algunas estructuras y lugares secretos saltando en el momento adecuado o utilizando corrientes de aires y demás dispositivos) y pequeños puzles, pero estos se suelen reducir a activar mecanismos en el orden correcto y encontrar tarjetas que te den acceso a puertas que te abrirán un nuevo sector o nivel.
Y al final de cada capítulo, tendremos la ocasión de enfrentarnos a un jefe final de fase, que siempre es un reto interesante, aunque hay que decir que ninguno de ellos nos resultó especialmente difícil, ya que sus patrones eran bastante obvios y sencillos de memorizar. Aun así, se agradece la novedad y el intento de sus desarrolladores de dar un toque diferente al final de cada capítulo.
Es cierto que el juego funciona a la perfección en un PC con su teclado y ratón para el perfecto apuntado, pero esta nueva versión para consolas está bastante bien conseguida (aunque la precisión de sus controles nunca llegará a los logrados en la versión para PC). Aun así, no es una mala conversión y nos resulta un juego extraordinario para jugar en Switch, en su modo portátil. Un fantástico shooter que funciona en la pequeña pantalla casi mejor que otros FPS modernos convertidos a la consola de Nintendo.
Estamos ante un homenaje al género que tantas alegrías nos dio en los 90 y así es como hay que acercarse a Ion Fury. Todo, desde la estética, el diseño de personajes y mapas, sus armas, sus mecánicas, sus secretos y hasta su música MIDI metalera son una delicia si lo entiendes como un sentido recuerdo de los juegos de aquellos años. Hubiera estado tan bien que Iron Maiden hubiera dado su bendición, y un poco de su banda sonora, al juego…
*Hemos realizado este análisis con un código de Nintendo Switch facilitado por Meridiem Games.