Call of Duty Vanguard: primeras impresiones de la beta abierta

  • Hemos probado la beta de Call of Duty Vanguard y os contamos nuestras primeras impresiones

  • Dos redactores se reparten las cosas buenas y las malas en esta beta del esperado shooter bélico

Durante estos últimos días hemos podido probar la versión Beta del próximo Call of Duty, con el sobrenombre de Vanguard. Desde la redacción hemos disfrutado y sufrido a partes iguales. Hablamos de la nueva entrega de una saga con miles (o millones) de seguidores, y también de detractores, a los que en estos párrafos vamos a dar motivos para amarlo y odiarlo con argumentos de peso.

Os contamos qué es lo que más, y lo que menos, nos ha gustado en esta versión previa de las opciones multijugador competitivas, que nos ha permitido hacernos una idea muy cercana de lo que nos espera el próximo 5 de noviembre cuando su versión final llegue a todas nuestras estanterías en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series y PC.

Lo que más nos ha gustado

Soy un veterano de mil guerras, aunque sean virtuales. He combatido en todos los frentes imaginables, viajando en el tiempo hacia atrás y adelante para visitar incontables campos de batalla. Por eso a estas alturas creo saber lo que me gusta, lo que funciona y lo que no tanto en un juego de acción en primera persona con opciones multijugador... Y Call of Duty: Vanguard me gusta.

Un digno heredero

Para empezar, algo que en los últimos años estaba volándome la cabeza es que cada entrega de Call of Duty cambiada detalles que no hacía falta cambiar, obligándonos a volver a aprender a jugar al juego cada año… De una manera completamente artificial. Quiero decir, está bien cambiar sistemas de juego, añadir novedades y modificar diseños. Sin embargo, cuando se decide presentar ciertas características iguales, pero se obliga a usarlas de forma diferente, todo acaba siendo extraño. La fortuna ha hecho que gracias a la llegada de Warzone se tienda a unificar el formato de cada entrega de Call of Duty, y detalles como la progresión de armas, el desbloqueo de accesorios o las rachas comienzan a evolucionar de forma lógica, sin rupturas extrañas que te obliguen a volver a aprender.

Este es solo un ejemplo pequeño que explica por qué Vanguard me ha gustado. Y es que parece que Sledgehammer ha cogido lo mejor de la esencia de Call of Duty, lo ha refinado y sobre ello ha construido una experiencia familiar, pero a la vez diferente.

Me explico, claro. Por una parte está el ritmo de juego, el feeling con las armas y las mecánicas al alcance del jugador. Todo eso le sonará a los veteranos de la serie, aunque haya matices en cada aspecto, como la posibilidad de elegir la intensidad del combate (lo que añade más jugadores, y locura, a cada partida). Por otra está el diseño de los mapas, que esta vez son más grandes, por lo visto en la beta, pero mantienen la estructura de 3 carriles, con un énfasis extra en la verticalidad, dando una mayor profundidad a la jugabilidad.

Las novedades que me han sorprendido

Vanguard no se conforma con destilar y amplificar lo mejor de la esencia de Call of Duty, sino que también quiere añadir su toque único a la acción. Quizás lo más interesante sea que, por primera vez en la serie, los escenarios se pueden romper. No es que todo se vaya a destruir, pero hay paredes que caerán, paneles que se agujerearán, etc… Es un poco seguir la tónica de Modern Warfare, que permitió por primera vez elementos interactivos en el escenario, con puertas que se abrían y cerraban. Ahora además hay (muchas) cosas que se pueden destruir, y que hacen que los mapas evolucionen a lo largo de la partida.

Esto demuestra que Sledgehammer tiene las cosas muy claras con esta nueva entrega de Call of Duty, permitiéndose ciertas virguerías que dan sabor propio a Vanguard. Por ejemplo el sistema de coberturas de Modern Warfare, que desapareció en Black Ops Cold War, también vuelve, pero mejorado. Otro ejemplo son las rachas de bajas, que dejan de ser confusas sucesiones de puntos, para premiar a los que más matan. Eso sí, todavía tienen que ajustarse, al igual que las armas. Sin embargo en este aspecto hay que tener paciencia y tener en mente que estamos ante una beta que permitirá al juego final ser aún mejor (además de más grande, con 20 mapas en las opciones multijugador).

Otro de los ejemplos de renovación de la serie llega con el modo Colina de Campeones. Una suerte de torneo del modo Tiroteo (aunque con diversas variantes), que se juega sin pausas, ganando dinero y gastándolo en comprar armas para alcanzar la victoria. Una experiencia mucho más intensa y satisfactoria que, seguro, se convertirá en un favorito de la mayoría de jugadores.

Por supuesto hay mucho más, pero no hemos venido aquí a aburriros, sino todo lo contrario. Además para quejarse ya está Ángel, que es un 'vinagres', y os va a contar todo lo que a él no le ha gustado de la beta de Call of Duty: Vanguard.

Lo que no nos ha gustado

Como dice mi compañero, esta beta nos ha dejado claro que esta nueva entrega de Call of Duty tiene muchos argumentos para hacer que nos acerquemos a nuestra tienda favorita el próximo mes de noviembre, pero no todo es reluciente. Vanguard tiene algunas sombras que de no corregirse podrían empañar una edición muy prometedora de una saga legendaria.

Cuando uno va a la guerra espera dos cosas. No morir y vivir de cerca combates trepidantes. Como estamos hablando de un videojuego, lo primero es imposible que no pase. Vas a morir, varias veces por partida, pero teniendo en cuenta que prima la parte lúdica este aspecto no tiene más importancia. En el segundo sin embargo sí que Vanguard puede y debe hacer más de aquí al día de salida. La ambientación en un juego de este tipo es muy importante, por eso los gráficos y el sonido son fundamentales para ayudarte a meterte dentro del juego, a hacerte creer que estás ahí con tus compañeros combatiendo al enemigo. Pero además ambos apartados, gráficos y sonido, cumplen un papel que incide directamente en la jugabilidad de esta saga.

En lo que respecta a los visuales, es imprescindible identificar rápido al enemigo para poder ser el primero que dispara y decantar el duelo a nuestro favor. Call of Duty Vanguard en este sentido nos lo pone difícil. Sus tonos verdes y ocres que predominan en todos los mapas hacen que los trajes de los enemigos se confundan con demasiada facilidad con el entorno. Si además venimos de Cold War, bastante más colorido, nos costará adaptarnos al cambio. Esta decisión artística es comprensible en cierto modo, pero no deja de ser un hándicap más a la hora de dejarnos hacer buenas partidas.

En este apartado podemos incluir también el diseño de los operadores, los personajes que elegiremos para representarnos en el campo de batalla. En esta beta no hemos podido elegir, y se nos ha asignado uno al azar. Hasta aquí, sin problema, pero cuando te das cuenta de que las facciones han desaparecido y que cualquier jugador puede tener cualquier “skin”, se puede dar la circunstancia (y se da demasiado a menudo) que un enemigo tenga el mismo aspecto que un compañero.

Esto sumado a que el nombre en color azul para compañeros o rojo para enemigos tarde unos instantes en aparecer, hace que en varias ocasiones hayamos aparecido al lado de un enemigo sin saber que lo era hasta que él se ha dado cuenta y nos ha devuelto a la tierra de los muertos. Porque este punto, las reapariciones, ha sido otra de las frustraciones de la beta.

Los conocidos como “puntos de respawn” han estado durante estos días repartidos de manera irregular, y han hecho que en ciertos modos, especialmente en la novedad, el modo patrulla, junten a varios jugadores de ambos equipos en pequeñas zonas, lo que sumado a la confusión que os comentamos de lo parecido que son los personajes, convierte la partida en demasiadas ocasiones en un caos sin sentido.

El sonido, por su parte, es algo que en esta versión beta ha frustrado a muchos jugadores. El escaso volumen de los disparos y, sobre todo, de los pasos de nuestros enemigos ha hecho que en muchas ocasiones fuésemos a ciegas por el mapa. Si a esto le sumamos la decisión de eliminar el radar por defecto, iremos demasiadas veces sin saber qué nos espera, y es que en esta versión el radar que nos indica qué jugadores disparan su arma con un punto rojo en el mapa es una ventaja que tenemos que activar.

Sabemos que el sonido, o la falta de él, se corregirá en la versión final, pero el hecho de que en la beta no haya funcionado bien nos deja preocupados. Si corrigen esto, además de pequeños fallos gráficos (pistolas cortadas en la pantalla de selección de arma, reflejos extraños en el agua) y algunas cosas más o menos comprensibles en una versión preliminar, como el tiempo que tarda en emparejarnos en partidas y que nos hace temer que el Skill Based MatchMaking siga sin estar del todo depurado, estaremos ante uno juego que nos va a ocupar unas cuantas horas este invierno.

En definitiva...

Todavía le queda camino por recorrer a este Call of Duty: Vanguard, y aún tiene muchas sorpresas que desvelar. Sledgehammer ha sabido hacernos viajar hacia atrás en el tiempo en esta serie de FPS sin que echemos de menos las bondades de la era moderna. Hay detalles que deben cambiar o, como mínimo, evolucionar, pero la base está ahí, igual que los comentarios de los millones de jugadores que han probado la beta cerrada. escucharles o no ya queda en manos de los desarrolladores de Activision…