Análisis de Total War: Warhammer 3: Una saga de mejoras constantes
Creative Assembly mejora la fórmula y ofrece un título muy entretenido a los fans de Total War y el universo Warhammer
La saga de videojuegos Total War es enorme y la capacidad que tiene Creative Assembly para reinventarse es digna de mención. Empezando por la vuelta de tuerca sobre el género de la estrategia en tiempo real y acabando por integrar, no solo juegos históricos, si no toda una obra de ficción como viene a ser Warhammer. La experiencia con el mundo de fantasía creado por Games Workshop les ha abierto nuevas puertas que no han dudado en integrar dentro de su sistema.
Esta vez la narrativa no es una excusa
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La obra culmen de la trilogía de títulos de Warhammer es este Total War: Warhammer 3. No porque sea el final, si no por como se ha desarrollado, si tomamos que tanto el primer como el segundo título eran los pasos previos necesarios para crear algo redondo. Eso lo vemos desde el inicio, si bien en los dos anteriores teníamos cinemáticas de inicio y algo de historia, que al final pasaba desapercibida, en este es uno de los elementos centrales.
Tenemos un tutorial que ya nos introduce en la historia, por lo que los veteranos de la saga también deberían completarlo la primera vez. Pero esto sigue con cinemáticas narrativas y una voz que nos cuenta la historia, un viejo conocido del que por fin se nos cuentan su razón de ser. Algo que hasta ahora no había ocurrido y que integra mucho más la narrativa.
Quizás falle que se hace algo repetitiva por ser la misma, con ciertos matices, para todas las facciones que tenemos disponibles pero tampoco es necesario, en Total War venimos a conquistar y una vez se conoce la historia el resto es darse de guantazos con el mundo. Como siempre la rejugabilidad viene dada por las facciones que queramos usar, si queremos aplicar algún tipo de "reto" y con el contenido que llegará en un futuro como el más que probable mapa enorme de Mortal Realms como ocurrió en el segundo título. Así que podéis dar por seguro que a las 1000 horas podréis llegar.
A esto hay que sumarle la adición de contenido cooperativo, tanto la propia campaña principal como un par de campañas más, por el momento, más pequeñas y rápidas. El aumento de la capacidad, de dos jugadores a un máximo de ocho, es una ampliación que puede dar mucho juego y animar a muchos nuevos jugadores a entrar a los títulos de la saga.
Luchas mucho más estratégicas
Como hemos dicho al inicio Total War: Warhammer 3 reinventa parte de su fórmula para dar solución a los problemas que arrastraba en los títulos anteriores. Paso lo mismo con el segundo título donde se mejoraron a los héroes y las guarniciones de los asentamientos, entre otras muchas cosas. En esta tercera entrega se tocan primordialmente los asedios, sobre todo los de los asentamientos menores que hasta ahora eran un incordio para el defensor. Siguen siendo desafíos pero ahora están más equilibrados y es posible llegar a defenderse estando en situación de inferioridad. El secreto está en el terreno, antes no era más que una batalla campal, donde las tropas inexpertas y escasas de la guarnición quedaban a merced de poderosos héroes y unidades más potentes y móviles, ahora tenemos a nuestra disposición cuellos de botella y alturas donde posicionar a las tropas para reducir estos efectos. Además con la posibilidad de construir defensas, torres, muros y elementos que den tanto mejoras como perjuicios, las posibilidades tácticas han aumentado muchísimo. Siguen siendo elementos bastante simples, pero siempre habrá posibilidad de que se aumenten las opciones en un futuro o en próximos juegos.
Los asedios han mejorado mucho en este sentido y casi parece que si todo siguiera igual ahora la dificultad para conseguir asentamientos se ha incrementado y es una realidad. En el segundo título tanto asentamientos menores como grandes eran fáciles de obtener, bien por la superioridad de tropas o bien buscando huecos desde donde desgastar al enemigo sin que pudiera hacer nada. Eso se ha acabado, ahora habrá que sudar sangre que para algo es una guerra, aunque también ahí otra opción hasta ahora inviable, esperar. Aunque esto beneficia enormemente a la máquina, experta en asediar durante todos los turnos que hagan falta, lo cierto es que al jugador se le abre la posibilidad de esperar dos o tres turnos para hacer más fácil el combate. Antes cuando queríamos desgastar al enemigo había que esperar, por lo general, más de seis turnos, aunque el primer nivel de desgaste era la mitad de la vida de las unidades. Ahora cada turno bajará un poco la vida de las unidades, como decimos es un dolor de cabeza cuando se pelea contra la máquina pero también lo podemos usar contra ella.
A pesar de que han mejorado uno de los puntos flacos de las anteriores entregas, ese no es su logro más llamativo. Una de las mayores virtudes que tiene Total War Warhammer 3 es la búsqueda de nuevas maneras de jugar. No sólo en lo tocante a las mecánicas de las facciones y el roster de unidades, lo cual han intentado ir diferenciando conforme se añadían nuevas facciones, también en la integración de nuevas mecánicas que nos afectan indirectamente o más tipos de batallas.
El hecho de introducir los reinos del caos, lugares dominados por los dioses del caos, cada uno a imagen y semejanza del dios que lo gobierna, hace que debamos comportarnos de maneras distintas cuando vamos a esos lugares. Además de que nos enfrentamos a enemigos distintos por lo que diseñar los ejércitos en consecuencia también es un plus táctico. Con las batallas principales de esos lugares pasa lo mismo, lo que antes eran batallas monótonas en la que las oleadas nos iban ganando terreno, ahora se convierten en elementos de gestión de recursos. Tenemos que avanzar y tomar puntos como si fuera un asedio pero a su vez tenemos que defendernos una vez capturados, teniendo a nuestra disposición traer refuerzos, restaurar a nuestras propias unidades o construir. Y lo que viene a ser más importante son batallas centrales, pero podemos elegir hacer resoluciones automáticas, lo cual está muy bien porque son batallas intensas y largas que a veces pueden quitar las ganas de resolverlas en el momento.
La paz también merece la pena
Pero no solo en la guerra hay novedades, lo cierto es que en Warhammer solo hay guerra pero de vez en cuando hay que hacer de diplomático. Las opciones en este sentido se han incrementado, se han rescatado opciones que venían de Total Wars anteriores como la posibilidad de intercambiar ciudades, cosa que en modo cooperativo puede ser una de las mejores opciones que haya. Pero a su vez se han introducido cambios que ya se probaron en el Total War Saga: Troy, ese "spin-off" que sacaron hace poco, como ver rápidamente que pactos podemos nos aceptarían, la posibilidad numérica y la opción de rellenar con oro hasta que se acepte o se ajuste el balance. Estas mecánicas agilizan en gran medida el aspecto diplomático mientras incrementa las posibilidades. Además le da una utilidad material a crear alianzas mediante la creación de puestos de avanzada, enclaves que nos permiten reclutar unidades aliadas, de la facción que sea, a la vez que apoyan la guarnición local, siendo recíproco tanto la IA como otros jugadores pueden hacer lo mismo apoyándonos a nosotros.
Aunque hay cosas que echamos en falta entorno a este título, cosas que se suponían que se iban a mejorar pero que en lo que hemos jugado no lo hemos visto. Mejoras en el comportamiento de las unidades, que incluso ahora se mueven más erráticas que antes. Por lo que hemos podido comprobar hay veces que las unidades se les asigna una orden, disparar a una unidad y se quedan en el sitio sin hacer nada más. Una de las mejoras que más se hacía hincapié era que al seleccionar varias unidades de proyectiles para que dispararán sobre una unidad no se pisarán entre ellas, eso hace que se molesten entre ellas y no lo realicen de manera cómoda, esto no se ha aplicado por el momento y si eso se molestan más que antes.
Aunque no todo está mal en este sentido, en Total War: Warhammer 3 se ha mejorado el comportamiento del combate a melee, haciendo que las unidades peleen en formaciones, cosa que ayuda a que no las atraviesen con tanta facilidad. También ha mejorado el comportamiento de la IA tanto en batalla como en Campaña, en esta segunda es mucho más agresiva sobre todo con facciones como los Elfos Silvanos que antes eran bastante pasivas.
Mejoras clave a nivel visual
Una cosa que gusta mucho de este título y que es muy satisfactorio para los fans de Warhammer es que aprovecha mucho mejor que sus anteriores entregas el mundo de fantasía del que proviene. Como hemos dicho al inicio la mejora en la narrativa choca de frente con lo que había sido hasta ahora está saga de videojuegos. Pero no acaba aquí la cosa, uno de los señores que podemos escoger para jugar la campaña es un personaje neutro, no tiene nombre y es completamente personalizable. Podría no ser el único en el futuro y eso siempre gusta porque permite al jugador adaptar su estilo de juego y sentirse parte de él.
En lo tocante a lo visual está a la altura del dos pero mejorando, y mucho, ciertos aspectos como las cinemáticas. La calidad de estas ha aumentado de manera notoria, apoyando también la mejora narrativa. Por otra parte los diseños de las facciones que aparecen por primera vez en Total War Warhammer son una maravilla y captan la esencia de las miniaturas, de las que tenían, y del mundo de Warhammer en las que no tenían representación. Estos cambios afectan también al diseño del mapa de campaña, que aunque toma parte del territorio que se lleva viendo desde el primer título, está mucho mejor detallado y más vivo. Incluso hay cartelitos que aparecen en lugares icónicos mencionando detalles del Lore.
Lo que más nos ha chocado a nivel visual ha sido el cambio drástico de interfaz, más limpia y "neutra". Aunque hay apartados que se pueden obviar si no se mira con cuidado, en general es mucho más minimalista. Se hecha en falta algún detalle más warhammero como en las de los títulos anteriores pero hay que reconocer que es más simple para ojos nuevos, para los viejos habrá que adaptarlos echándole algunas horas.
A nivel técnico, como hemos resaltado antes, hemos tenido algún percance con el comportamiento de algunas unidades. Además, aunque solo ha sido una vez, el juego ha crasheado en medio de una batalla y alguna bajada ocasional de FPS en el mapa de campaña, por lo demás no hemos tenido problemas, cosa que se agradece en un juego tan denso y con tantas mecánicas.
En definitiva...
Total War: Warhammer 3 aprende de sus errores y de cómo hacen las cosas otros títulos de la desarrolladora, implementando cambios que hacen la vida más fácil a la vez que añade mecánicas útiles. Sin duda estos cambios están dirigidos a atraer público, añadiendo mejoras en el modo cooperativo y mecánicas que ayudan en este sentido, un prólogo que enseña lo básico del juego y la posibilidad de tenerlo desde el día uno en el Games Pass de Xbox. Todo está preparado para los nuevos jugadores.
Sin duda será la guinda del pastel de esta trilogía, no tanto por su inicio si no por lo grande que podrá ser. Creative Assembly y Games Workshop van a echar el resto en este título, el dos ha aguantado a flote casi cinco años, las posibilidades de que este las supere son muy altas gracias a la política de DLCs que han tenido hasta ahora, aunque ciertamente abusiva en algunos aspectos, ayuda a que se mantenga a flote y vivo durante bastante tiempo. Cumple gran parte de lo prometido, es muy satisfactorio en los aspectos donde antes flojeaba y deja con ganas de seguir.