Análisis de Little Nightmare II: pesadillas para dos

  • Vuelven las pequeñas pesadillas de Tarsier Studios con un nuevo protagonista

  • Pasamos miedo con esta deliciosa y aterradora historia de puzles y sigilo

Hace unos años ya nos enamoramos de Little Nightmare y de su protagonista, Six, aquella niña flacucha ataviada con un impermeable amarillo que tenía que escapar de una terrorífica y oscura realidad. Ahora esta fabulosa aventura, cargada de terror, pero también de fabulosa poesía, vuelve manteniendo el mismo tono y la jugabilidad que recordamos. Pero ahora cambiamos de personaje y conocemos a Mono, que estará acompañado de nuestra querida Six.

El juego gana en jugabilidad y mecánicas con ambos personajes en pantalla, pero mantiene todas aquellas cosas que le sentaron tan bien a la primera entrega: ausencia total de diálogos, pero ni falta qué hace, ya que todo se cuenta con sus imágenes impactantes, su ritmo lento y agobiante y esa banda sonora excepcional. Volvemos a sumergirnos en esta pesadilla tenebrosa de transmisiones misteriosas y una realidad oscura, distópica y horripilante. Pero, al menos esta vez, vamos acompañados para no pasar miedo solos.

Otra vez a escapar de las pesadillas

Como hemos dicho, Little Nightmare II nos vuelve a poner en la piel de un inocente niño, perdido o atrapado en un mundo oscuro, hostil y terroríficamente opresivo. Y otra vez no hay explicaciones que valgan. Lo único que queda claro es que no estamos en un lugar seguro y tenemos que intentar huir, cuanto antes. Huir hacia nuestra derecha, ya que volvemos al conocido desplazamiento horizontal, aunque con tres dimensiones que nos permiten movernos también hacia la profundidad de los escenarios.

Como ya estamos acostumbrados, aquí no hay historia, ni diálogos, sólo la necesidad de salir de allí y, para hacerlo hay que ir superando estancias, habitaciones, escenarios abiertos… y cada uno de ellos es un puzle. Algunos son rápidos y sencillos y solo requieren tirar de una palanca, empujar una puerta, subirse a una caja para alcanzar una ventana. Pero muchos otros necesitarán que demos muchas más vueltas, que recojamos objetos, que los combinemos, que nos enfrentemos a terroríficos enemigos…

Pero esta vez no estamos solos. Mono es el niño desvalido al que encarnamos en esta aventura, un niño que cubre su rostro con una bolsa de papel con dos agujeros para los ojos. Mono enseguida se encontrará con una compañera a la que podrá liberar y que lo acompañará en su huida hacia delante. Se trata de, Six, la niña del impermeable amarillo que protagonizó la primera aventura. Con ella, las cosas se vuelven más fáciles ya que nos ayudará a empujar o activar algunos mecanismos, nos impulsará para llegar a lugares más altos, entretendrá a enemigos para que nosotros pasemos por algún lugar vigilado, etc. Las interacciones entre ambos personajes son muy variadas.

El vínculo entre ambos personajes se hará muy fuerte, tanto que cuando nos separamos de ella (ocurre algunas veces por exigencias del guion) lo pasaremos realmente mal. Además, si pulsamos el gatillo derecho junto a Six le tomaremos de la mano y así caminaremos por los tenebrosos escenarios, sin soltarla. Más allá de esta habilidad, Mono es capaz de saltar, agarrarse, agacharse para pasar por lugares estrechos y utilizar algunos objetos (muchos de ellos que guardará en su abrigo para usarlo en su momento adecuado).

Nuevas pesadillas, misma jugabilidad

Little Nightmare II tiene una duración más prolongada que su antecesor, pero tampoco es una aventura muy larga. En unas 6 horas puedes llegar a superar sus diferentes capítulos. Su ambiente agobiante y extraño nos llevan por un terrorífico pantano, por un colegio tenebroso poblado de extraños niños y terroríficas maestras, un horripilante hospital de peligrosos doctores… todo para intentar construir una historia siniestra que no sabemos si se nos llegará a explicar, pero que necesitamos conocer. Eso si sobrevivimos a las pesadillas.

Durante el juego, también hay momentos de sigilo, cuando estamos rodeados de algunos de esos seres terribles seres que pueblan este extraño mundo muerto. Y hay que pasar desapercibido y esconderse de múltiples formas, buscando la oscuridad, activando mecanismos, etc. Estos momentos crean una tensión enorme potenciada por la música y los sonidos que parecen provenir de otra realidad. Con estos monstruos no hay manera de enfrentarse, solo podemos huir o escondernos.

Pero habrá momentos en los que nos enfrentaremos a enemigos más pequeños y asequibles y aquí Mono solo puede aprender a deshacerse de ellos, generalmente utilizando algún objeto. Pero a esto no puede ni llamársele combates, porque generalmente requieren de una actuación precisa, como si fuera parte de uno de los puzles que pueblan el título. Golpear con un martillo en el momento adecuado al muñeco que se nos echa encima o apuntar con la linterna al monstruo que teme la luz cuando nos acose… todo es parte del puzle para superar esa estancia en concreto.

La mayoría de los puzles son lógicos, aunque algunos te llevarán un buen rato, porque hay que probar cosas diferentes, porque aparecen nuevas mecánicas en cada uno de sus capítulos, nuevos objetos, nuevas cosas que podemos hacer. Pero ninguno es demasiado complicado y no te llevará demasiado tiempo resolverlos. Eso sí, morirías en muchas ocasiones, pero aprenderás de cada muerte y podrás avanzar gracias a ello.

El juego esconde unos cuantos coleccionables para intentar encontrar y completar, como los sombreros que podemos colocar en la cabeza de Mono (en lugar de esa bolsa de papel) o una serie de recuerdos que están repartidos también por los escenarios. Están bien escondidos, por lo que los completistas tendrán que emplearse a fondo para dar con todos ellos.

En definitiva…

Little Nightmare II nos ha vuelto a enamorar con su deliciosa propuesta que mezcla terror psicológico, tensión, horror onírico e inocencia infantil. Y todo con un apartado artístico extraordinario, con un diseño de entornos y personajes sobresaliente. Cuenta con unos gráficos que lucen en consola y PC y una banda sonora épica que se disfruta el doble con unos buenos auriculares.

Puede que los controles del personaje sean algo toscos y parezcan torpes a veces, pero estamos convencidos que son parte del diseño de niveles, y que han sido implementados a posta por sus desarrolladores. A veces nos creemos que estamos en un título de plataformas, pero no es cierto… esto es un juego de puzles de ensayo y error. Una aventura para ir con pies de plomo y ser extraordinariamente precisos para no terminar muertos. Muertos de una manera horrible y despiadada.