En 2017 Guerrilla consiguió algo casi impensable: quitarse la vitola de ser el estudio de Killzone, y para hacerlo se sacó de la manga una aventura sorprendente en mundo abierto. Por supuesto, hablo de Horizon: Zero Dawn, un juego espectacular en materia gráfica, profundo en la exploración y el combate, además de repleto de detalles. Sin embargo no consiguió hacerse un hueco en nuestra memoria por ‘culpa’ de esos indudables méritos, sino por su protagonista, Aloy. Una mujer capaz y de armas tomar que, como suele ser habitual, tenía muchas sorpresas guardadas en su carcaj.
Ahora, 5 años después, el estudio holandés vuelve a la carga con una secuela que, a priori, parece continuista en muchos sentidos, y que llega cargada de exploración, máquinas, secretos y muchas, muchas actividades. Un más y mejor de manual, que gustará a muchos, aunque habrá quien esperara algo más de riesgo en la propuesta.
Aunque Aloy logró frenar La Locura que consumía a las máquinas, una nueva amenaza se cierne sobre su amada Tierra. Como no cabía esperar otra cosa, vienen curvas, y estamos aún muy lejos de conocer la paz en el mundo post-apocalíptico que enmarca la propuesta.
En Forbidden West no sólo toca rastrear a Sylens que se la jugó a la buena de Aloy en el primer Zero Dawn… Sino que también toca lidiar con La Plaga, que ha contaminado numerosas zonas del planeta y se expande sin pausa, pudriendo todo lo que encuentra a su paso. Y es que, una vez más, el destino del planeta tierra corre peligro, y parece que solo Aloy puede llegar a evitarlo. La tierra agoniza, y nuestra pelirroja favorita puede sentirlo. Esta vez la única solución aparente es encontrar una copia no dañada de GAIA, que devuelva el correcto funcionamiento de la biosfera ideado por el proyecto Zero Dawn. Será esta búsqueda la lleva a enfrentarse al Oeste Prohibido, una nueva y gigante extensión de tierra en la que los Tenakth y los Utaru, tribus salvajes y poco amigables, le darán una calurosa bienvenida… nunca mejor dicho.
¿Logrará Aloy encontrar a Sylens? ¿Será capaz de dar con una copia no corrupta de GAIA y restablecer el caos? Estas son las preguntas a las que tendremos que tratar de responder, con una narrativa que se mueve entre el presente y el pasado, una vez más.
Viejos conocidos acompañarán a Aloy en su aventura por las nuevas tierras, aunque nuevos rostros se unirán a la partida, sacando a relucir los tejemanejes políticos de los clanes, en los que Aloy también se verá en vuelta mientras avanza hasta su inexpugnable destino.
Si el primer juego de Horizon era extenso, Guerrila se ha superado. Estamos ante un nuevo horizonte que dobla el tamaño del primero, con montones de novedades a muchos niveles. Hay nuevas misiones, máquinas, actividades, habilidades, movimiento… Pasarán muchas horas antes de que Forbiden West deje de desvelar las sorpresas que su jugabilidad esconde, aún a pesar de que parte de la base de lo visto en la anterior entrega.
Es decir, hay mucho que hacer, y mucho que decidir por el camino. Por supuesto, la decisión más importante seguramente sea hacia donde ir, y esta vez hay más posibilidades que nunca. No te alcanzará la vista para descubrir por dónde se esconde el sol en este Oeste enorme lleno de enemigos, retos y muchos rincones que esperan tu visita.
Además la exploración está muy unida al progreso de la historia, y aunque a veces las misiones secundarias no son tan interesantes como nos gustaría por sí mismas, sí que es cierto que cada una de ellas revela una parte del mapa nueva que, de otra forma, sería inaccesible.
Lo viejo y lo nuevo se unen ¿Para qué cambiar algo que ya funcionaba? En base, la propuesta de Horizon Forbidden West es la misma que experimentamos con Zero Dawn, pero evolucionando lo ya conocido. Los primeros minutos sirven para sentir el emocionante reencuentro con una vieja amiga, y a partir de ahí los controles brotan sólos ya que las armas más básicas son las primeras en aparecer. La sensación de continuidad es perfecta para todos los fans… Pero por suerte para los que se inician con este segundo juego, tranquilos: en apenas 15 minutos de partida ya habrás tomado contacto con todo lo que hay que saber para comenzar a explorar y combatir con total soltura. Una vez más, los guionistas saben convertir la experiencia de juego en una aventura sin igual para todo tipo de jugadores. Decimos esto porque además parece que Horizon Forbidden West quiere tener algo para todos.
Hay mucho paseo, hay varias líneas temporales e historias que se entretejen, hay muchas formas de personalizar a Aloy, tanto en lo jugable, como en lo visual… La base eso sí, es la de una aventura de al menos 50 horas en la que podrás recoger cientos de coleccionables, craftear objetos y pelear casi a cada esquina.
Pero claro, hacer lo mismo, pero en un escenario más grande no es suficiente… Por eso se han incluido montones de novedades y retoques que permiten renovar la experiencia. Así pues, acompáñanos a repasar las nuevas cositas que incluye Horizon Forbidden West
Lo primero y más evidente es que hay nuevos objetos coleccionables, más armaduras, datos que recabar para conocer la totalidad de la historia, un mayor número de ubicaciones, animales vivos y máquinas… Por supuesto, hay mucho más.
Hemos aprendido paso a paso con Aloy a ser una guerrera sin igual, hemos descubierto juntos cómo cabalgar máquinas, escalar y mucho más… pero todo esto no es suficiente en una tierra marcada por el contraste extremo: el desierto empapa su arena sedienta en lagos profundos y cristalinos. La frondosa hierba se congela ante el frío implacable de las altas montañas, y los fenómenos atmosféricos se desatan en una biosfera que está a nada del cataclismo. Con este panorama… descubriremos una nueva Aloy capaz de trepar más alto y encontrar salientes y riscos a los que subirse. El buceo se volverá un mundo más por descubrir para la pelifuego. Las grutas de las montañas, las cuevas sumergidas… las extrañas flores rojas que nos impiden el paso… Y a cuanta más altura, más peligro de caerse. Gracias a los antiguos, esto no será un problema: Aloy se ha hecho con un dispositivo que nos permitirá planear y alcanzar nuevas zonas. En resumidas cuentas, más y más formas de descubrir los secretos de este mundo. El alijo: cómo aligerar tu pesada carga Al ser todo gigante, tu inventario también debía serlo. Por ello tu mochila de viaje tiene un límite,y todo lo que cojas que no quepa en ella será enviado automáticamente al alijo, que podrás encontrar en poblados o refugios para poder recargar en caso de necesitarlo. Sobre el papel es una mejora más que agradecida, pero puede ser algo pesado al obligarte a tener en la cabeza no solo lo que llevas, sino también lo que no… Y en ocasiones puede llevarte a engaño al quedarte sin medicina antes de lo que esperabas.
Cocineros: mejor echarle Aloy y perejil a las patatas Un nuevo puesto estará disponible en las grandes ciudades. Los cocineros estarán dispuestos a comerciar contigo, preparándote ricas recetas que te darán mejores estadísticas en el combate.
Un nuevo elemento entra en juego: los bancos de trabajo. Ya no sólo bastará con tener mejores armas, también podremos evolucionarlas con mejoras a cambio de esquirlas y objetos. Además, según avancemos por la historia, podremos farmear las llamadas armas especiales que nos permitirán desentrañar nuevos misterios. El primero en unirse a la partida será el gancho. Aloy lanzará una cuerda con un gancho para encaramarse a ciertos lugares, tirar de algunas estructuras o incluso acercar algunos objetos interesantes. El abanico de armas crecerá tanto como el mapa, descubriendo la jabalina explosiva, los pinchos, el lanza discos y muchas más invenciones de las tribus del Oeste Prohibido. Habilidades nuevas por doquier
Si hay nuevas armas, hay también nuevas habilidades. El árbol de habilidades mantiene los pilares del anterior juego: cazadora, trampera, guerrera, etc… pero evoluciona al mismo son que el resto de puntos del juego. Además, se incorporan las habilidades especiales en combate. Adquiere tres habilidades afines y verás cómo desbloqueas una habilidad especial. Estas habilidades se pueden activar durante las batallas como Oleadas de Valor, aumentando las capacidades de Aloy. Tener activada la mejor en cada enfrentamiento puede traducirse en victoria.
Aloy combate en dos guerras al mismo tiempo: una contra la destrucción del planeta… y otra en su interior. Tras los descubrimientos del primer juego, su búsqueda personal e identificación cobran un nuevo significado que se ve tanto en su madurez como en su determinación. Todo el juego es una oda a esta nueva consciencia de sí misma, y uno de los gestos más bonitos es el de los colores con los que puede modificar su aspecto. En el Oeste prohibido podrás encontrar en algunos poblados personas que, si les llevas las plantas determinadas, te permitirán cambiar los colores de tus vestimentas así como pinturas faciales y corporales. Nunca con tanta tribu había sido tan importante el sentimiento de pertenencia.
La evolución no queda sólo patente en la trama o el creciente número de habilidades, sino que además un mundo lleno de vibrantes colores y sonidos envolventes te atrapará completamente. Detalles como la ropa mojada tras un chapuzón, o cubrirse de nieve cuando escalas las montañas te acompañarán durante la aventura para hacerte sentir más dentro que nunca de este apocalipsis precioso y lleno de vida. El mundo de juego es más interactivo, las particular más profusas y los efectos de luz acompañan el cambio de día a la noche, haciendo que todo lo que se muestra en pantalla luzca de la mejor manera posible. Todo ello además, con una estabilidad de imágenes a prueba de bombas, consiguiendo configurar uno de los apartados visuales más espectaculares que hemos podido disfrutar en mucho tiempo.
Cabe resaltar que la versión que hemos jugado ha sido la de PS5, pero cabe recordar que el juego también estará disponible en PS4, con el mismo contenido, pero ligeros retoques en los apartados técnicos, y sin feedback háptico y esas virguerías propias de DualSense.
Por ponerle alguna pega: para hacer más real la experiencia, no verás resaltado constantemente nada salvo si tu quieres o si lanzas un impulso de tu foco. Esto tiene buena pinta sobre el papel, pero terminarás harto de apretar el joystick y lanzar impulsos cada cinco segundos.
Pasado el shock inicial de descubrir la inmensidad del juego, el tamaño y la variedad de habilidades, armas y cosas nuevas, creo que Horizon 2 es un juego que se puede adaptar casi a cada tipo de jugador. Si tu objetivo es seguir la historia, puedes ignorar el resto de coleccionables, contratos, misiones, etc, para centrarte en subir de nivel farmeando y continuar tras los pasos de GAIA. Si por el contrario tienes alma de explorador, descubrir cada rincón de este Oeste prohibido es una delicia para los sentidos. Quizás peque de alguna misión repetitiva, de sentirte algo recadero, de que te usen como un 'correveydile' cuando realmente eres la salvadora del mundo… pero cada misión, por pequeña que sea, te lleva a descubrir nuevas zonas que sin seguirlas no habrías localizado o descubierto en su plenitud.
*Hemos realizado este análisis con un código de Horizon Forbidden West para PS5 proporcionado por PlayStation España.