Hay un dicho que dice que más vale solo que mal acompañado. Si bien es cierto que en muchas ocasiones puede ser una verdad que a mucha gente le haría falta comprender, en el caso de los juegos cooperativos no suele aplicarse, en gran parte porque vale más un compañero capaz de seguir instrucciones básicas que un Bot que no sabe ni coger una bolsa por sí mismo. Además, si vas a robar algo mejor no ir solo, por si te pillan poder vender a alguien a cambio de un trato favorable.
Aunque al final lo que cuenta es pasar un buen rato y en cooperativo las risas suelen estar aseguradas. La saga Payday es capaz de darnos esa base donde jugar con amigos puede dar lugar a muchas risas, incluso las fomenta en más de una ocasión con pequeños easter eggs u objetos que no deberían estar donde están. La tercera entrega de Payday ha sido desarrollada por Overkill Software y Starbreeze Studios va a ser publicado por Prime Matter en Xbox Series X/S, PC, Nintendo Switch y Playstation 5. Siendo la plataforma de Sony donde lo hemos jugado nosotros.
Payday 3 sigue el camino de sus anteriores entregas, siendo un título de atracos donde todo puede salirse de madre y una marabunta de policías pueden lanzarse a nuestra cabeza como auténticos zombis o ratas o cualquier símil que se os pueda ocurrir con juegos cooperativos de hordas. Lo mejor es que da igual como completemos la misión, podemos intentar hacerlo lo más sigiloso posible o tirarnos a saco contra la misión. Esto solo afectará a nuestro botín, donde suele primar más el ir sigiloso, aunque también es el camino más largo y la diferencia de botín dependerá de la misión que estemos haciendo.
Lo hagamos como lo hagamos, siempre tendremos varias mecánicas a nuestra disposición para realizar el trabajo, que además se irán ampliando dependiendo de las habilidades que escojamos y algunos de los consumibles que podamos escoger antes de la misión. Aunque debido a lo que asumimos como desconocimiento, bugs o el haber jugado solos, no hemos podido hacer uso de muchas de ellas.
En total tenemos de inicio 8 mapas, con varios niveles de dificultad, los cuales puede llegar a añadir condicionantes tales como no poder destruir cámaras de seguridad o que aparezcan más enemigos de un tipo en concreto. Aunque 8 mapas suenan y se hacen pocos para el inicio de un título como este, su rejugabilidad le da un impulso mucho mayor. No solo debido a que podemos acabar el trabajo de maneras diferentes, también porque algunos elementos pueden cambiar de lugar, los npcs pueden tener rutas diferentes. También tenemos que agregar que conforme nuestros personajes avanzan podemos ir equipándolos de maneras diferentes, con habilidades y armas que pueden hacer la diferencia a la hora de acabar un trabajo, aunque eso sí, en cuestión de habilidades no podemos ponernos a elegir como locos ya que no dispondremos de puntos de habilidad suficientes como para desperdiciarlos. Un endgame lleno de grindeo que puede darnos muchísimas más horas de las 6h o así que podemos llegar a tardar en completar los 8 mapas la primera vez, si bien es cierto que si queremos desbloquearlo todo de todas las armas y perks vamos a tener que jugar muchísimo y con esas poquitas misiones nos vamos a cansar mucho antes de acabar.
El título se puede jugar solo acompañado de bots, cuya IA no es de las mejores, aunque hacen su papel matando policías y pueden cargar bolsas de botín. En cooperativo con amigos u online, aunque la preferencia siempre va a ser jugar con amigos con los que poder comunicarte de manera más sencilla, también está la opción de jugar con desconocidos, una buena forma si no tenéis amigos... que jueguen a Payday. Cuenta con la función de Crossplay por lo que la plataforma no es excusa para no unirse.
En los enemigos encontramos de todo, desde los pobres guardias de seguridad que caen como moscas hasta a los policías que cada vez llevan más equipo encima, algunos siendo enemigos de élite que nos pueden atrapar si nos descuidamos. Simulando a enemigos especiales vistos en otros juegos de este estilo. Cabe destacar que si la IA de nuestros compañeros tampoco es que dé para mucho más, la de los enemigos está al mismo nivel, aunque su letalidad se ve incrementada conforme aumentamos el nivel.
El apartado gráfico se queda algo flojo, aunque comparativamente hablando da un salto bastante grande con respecto a su antecesor, hay ciertas animaciones y texturas que se sienten de una generación anterior. Se compensa con un diseño de mapas bastante trabajados, llenos de recovecos y distintos caminos para llegar a un mismo lugar.
En lo que ha sonido se refiere le pasa un poco lo mismo, no termina de meternos en el papel de un ladrón, ni en el de un genocida de policías. La música inicial es muy tranquila y no evoluciona hasta que saltan las alarmas y todo se anima, la música también lo hace, pero más llevada por la situación que como conductor de la acción. No hay tensión en ningún momento. Lo que sí es verdad es que nos podemos guiar por los sonidos de algunos dispositivos y enemigos para saber cuándo una cámara cambia de dirección o un enemigo nos está viendo, por lo que los efectos no dejan de ser importantes en lo que ha jugabilidad se refiere.
Al título le faltan cosas por pulir, bugs que no permiten hacer usos de algunas mecánicas, por lo que la única opción que acaba quedando es repetirlas. No es que se hayan dado muchas ocasiones, pero sí que se han repetido pues, aunque se reinicie la misión, el bug puede seguir. No obstante, no ha habido muchas ocasiones en las que esto suceda para la cantidad de interacciones que tiene el título. El resto de cosas que están por pulir son mecánicas del propio juego, como el hecho de que un rehén se suelte las manos después de usarlo como escudo o el hecho de que solo ganes experiencia completando desafíos lo cual puede hacer que no avances mucho aunque una misión haya sido exitosa.
Payday 3 es un título con mucho potencial, el mismo que el anterior título de la saga supo explotar para obtener tan buenas críticas, sin embargo, no termina de encontrar su hueco, quedándose a medio camino entre lo que había antes y una renovación de mecánicas que refresque a la saga. La poca variedad de mapas puede jugar una mala pasada, incluso teniendo varios niveles de dificultad y maneras de superar el desafío. La falta de enemigos algo más especiales o una forma de progresión estable, no ayuda a que a largo plazo sea un juego que merezca ser revisitado más allá de un par de partidas para echar unas risas. Lo mejor es que cada misión es bastante diferente, por lo que siempre se puede limpiar el paladar cambiando de mapa de grindeo.